21 mayo, 2006

El Ángel Caído

LA CAIDA DEL PADRE MARCIAL MACIEL, FUNDADOR DE LOS LEGIONARIOS DE CRISTO


El viernes 19 de mayo de 2006, el Vaticano emitió un comunicado en el cual, por órdenes directas del Papa Benedicto XVI, se oficializaba la caída del fundador de “Los Legionarios de Cristo”, el sacerdote mexicano Marcial Maciel Degollado originario de Cotija, Michoacán:




Este escándalo vino a sacudir a uno de los puntales espirituales más importantes utilizados por organizaciones tenebrosas de la extrema derecha en México, muy específicamente la Organización Nacional del Yunque. La asociación personal del Padre Maciel con estos grupos radicales así como de su creación “Los Legionarios de Cristo” con tan terribles cuan fanáticas organizaciones, las cuales siempre han encontrado las puertas abiertas para el reclutamiento de jóvenes faltos de criterio e información dentro del sistema educativo de laUniversidad Anáhuac fundada por los Legionarios de Cristo, ya había sido denunciada con anterioridad por varios investigadores, tales como el articulista Alvaro Delgado en su libro “El Yunque: La ultraderecha en el poder”.

Por varios años, demasiados quizá, y pese a las denuncias en contra del Padre Maciel por sus abusos sexuales cometidos en contra de menores de edad, los Legionarios de Cristo seguían y han seguido operando abiertamente reclutando a cientos de jóvenes cuyos padres nunca tuvieron ni la malicia ni la desconfianza como para cuestionar seriamente la calidad moral del hombre en el cual estaban depositando la inocencia de sus propios hijos.

El comunicado de la Santa Sede con el cual las actividades anticatólicas del Padre Maciel llegaron a su fin dice textualmente lo siguiente:

A partir de 1998, la Congregación para la Doctrina de la Fé recibió acusaciones, que ya en parte se hicieron públicas, contra el Padre Marcial Maciel Degollado, fundador de la Congregación de los Legionarios de Cristo, por delitos reservados a la competencia exclusiva del dicasterio. En 2002, el Padre Maciel publicó una declaración para negar las acusaciones y para expresar su descontento por la ofensa recibida por algunos ex-Legionarios de Cristo. En 2005, por motivos de edad avanzada, el Padre Maciel abandonó el cargo de superior general de la Congregación de los Legionarios de Cristo. Todos estos elementos han sido objeto de un examen maduro por parte de la Congregación para la Doctrina de la Fé, y según el Motu Propio 'Sacramentorum sanctitatis tutela', promulgado el 30 de abril de 2001 por el Siervo de Dios Juan Pablo II, el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fé, el cardenal Joseph Ratzinger, autorizó la investigación de las acusaciones. En ese tiempo tuvo lugar el fallecimiento del Papa Juan Pablo II y la elección del cardenal Ratzinger como nuevo pontífice.Tras haber sometido los resultados de la investigación a un estudio atento, la Congregación para la Doctrina de la Fé, bajo la guía del nuevo prefecto, el cardenal William Joseph Levada, decidió -teniendo en cuenta tanto la edad avanzada del Padre Maciel, como su delicada salud- renunciar a un proceso canónico e invitar al Padre a una vida reservada de oración y de penitencia, renunciando a todo ministerio público. El Santo Padre aprobó estas decisiones.

La sentencia dictada por el Vaticano en contra del Padre Maciel representa una sentencia a divinis, con la que no solamente se le prohibe dedicarse al ministerio sacerdotal, sino también ocupar cargos de gobierno dentro de la misma Iglesia. Maciel ya no puede ocupar ningún cargo, ni siquiera dentro de su propia congregación. Y la orden que fundó tendrá un observador permanente de la Santa Sede cuya misión será corregir los desvíos doctrinales que desde su fundación vienen arrastrando los Legionarios de Cristo.

El crédito por precipitar el caso en contra del Padre Maciel sacándolo del virtual estancamiento en que se encontraba tras las paredes del Vaticano se le debe a los periodistas estadounidenses Jason Berry y Gerald Renner, quienes escribieron el libro “Vows of Silence: The abuse of power in the Papacy of John Paul II” (Votos de Silencio: El abuso del poder durante el Papado de Juan Pablo II). Los autores del libro afirman en el caso del Padre Maciel que “Su carrera es un caso de estudio sobre la desinformación: la distorsión de la verdad para alcanzar el poder y fabricarse una imagen virtuosa a partir de un comportamiento patológico. Sin embargo, al no investigar cargos serios, el Vaticano ayudó a que se diera este proceso durante años”.

Sanjuana Martínez, en un artículo elaborado para la agencia noticiosa APRO, asienta que: “En entrevistas con las víctimas de los abusos sexuales de Marcial Maciel desarrolladas a lo largo de los últimos años, puede verse claramente el patrón de conducta católico del líder de los Legionarios. ¿Hasta donde se ven afectados los Legionarios de Cristo, luego de aceptarse oficialmente que tienen un pederasta? Maciel se vió acosado por las decenas de denuncias en su contra. De hecho, decidió adelantar su sucesión el 23 de enero del año pasado (2005) y colocar en su puesto a uno de sus más fieles pupilos: Alvaro Corcuera.”

José Barba Martín, quien a los 25 años abandonó la orden después de haber sufrido abusos sexuales a manos del Padre Maciel, aseguró en una entrevista que la pederastía está extendida dentro de los Legionarios de Cristo: “Los hábitos de los Legionarios de Cristo seguirán con el doble juego de aparentar un sometimiento real a la Iglesia y por dentro seguir la corriente poderosa de manera mucho más exacerbada de una lealtad a ultranza, casi mística, al desaparecer el líder”.

Juan José Vaca, ex-presidente de los Legionarios de Cristo en Estados Unidos, quien es otra de las víctimas del Padre Maciel, también afirma que los abusos sexuales en los Legionarios de Cristo son comunes: “No ha sido solamente Maciel el criminal que cometió esos delitos; sino que según los datos que vamos teniendo ya se puede hablar de una corrupción de la institución como tal. Ya hay víctimas nuevas, de segunda y tercera generación. A los que abusó Maciel de niños ahora son superiores, esos superiores ya han abusado de otros. Solamente el año pasado detectamos tres nuevas víctimas: una de Irlanda, otra de España y la tercera de Chile. También tenemos otro caso en Colombia. Donde los Legionarios tienen instituciones Maciel ha puesto gente como él que piensa como él y que esta integrado en ese sistema como él. Y todos ellos han sido víctimas de él y luego victimarios.” Vaca afirma que hasta el año 1976 cuando abandonó la orden fue testigo ocular de otras 25 víctimas de abuso sexual de Maciel. Él mismo fué víctima durante más de diez años. Luego de someterlo a vejaciones sexuales, el Padre Maciel intentaba tranquilizarlo con las siguientes palabras: “No te preocupes si tienes remordimiento de conciencia, yo te doy la absolución”. (¿?)

De acuerdo con los testimonios recabados entre sus numerosas víctimas, niños o adolescentes internos, el Padre Maciel los elegía bonitos, los mandaba llamar a su habitación para pedirles que le dieran un masaje, y al conseguir que lo masturbaran se justificaba con ellos diciendo que tenía dispensa papal porque estaba sumamente enfermo. “Lo que has hecho es un acto de caridad” (¿?), eran las palabras que utilizaba para dar por concluída ritualmente la sesión en la que este depravado pedófilo conducía a sus víctimas no por el camino de la salvación sino por el camino de la perdición eterna. Si en algo se puede estar de acuerdo con el Padre Maciel, es que efectivamente es un hombre sumamente enfermo, y lo seguirá siendo hasta el final de sus días, porque la pedofilia está clasificada por los psiquiatras y los psicólogos como una de las condiciones aberrantes más difíciles de controlar, ya no se diga de curar, porque es prácticamente incurable, y los niveles de reincidencia en aquellos que se someten a tratamiento es superior al noventa por ciento. Lamentablemente, las vidas de sus víctimas, hoy convertidos en adultos, quedaron marcadas para siempre por el grave e irreparable trauma de sufrir abusos carnales a manos de su líder espiritual. Y muchos seguramente ya se han convertido a su vez en violadores potenciales de niños y jóvenes, porque detrás de un pederasta hay una historia oculta de abusos sexuales cometidos en contra del mismo pederasta en su infancia. La única lástima que se le pudiera tener al Padre Maciel, si es que se le puede considerar digno de tal consideración, es que en su niñez muy posiblemente fué sometido por algún familiar cercano o inclusive por su propio padre a los actos más perversos que se puedan cometer en contra de un ser indefenso.

En su artículo titulado “Maciel, el depredador”, Sanjuana Martínez termina diciendo: “Por lo pronto, la figura decrépita y desautorizada de Marcial Maciel no es lo más importante en este momento. Su estado físico y mental difícilmente le permitirá seguir cometiendo fechorías. La cuestión más urgente es saber hasta que punto el cáncer de la pederastia ha afectado la orden de los Legionarios de Cristo. Miles de niños y adolescentes pueden estar en peligro”.

Esto último invita a la reflexión. Cualquier padre de familia que esté pensando seriamente en enviar a una hija suya o a un hijo suyo a la Universidad Anáhuac, debe preguntarse seriamente antes de inscribirlo allí: ¿A qué riesgos estoy exponiendo a mi hija (o a mi hijo) al enviarlo a una universidad manejada por gente afín al modo de pensar y al modo de actuar del Padre Maciel? Esto es un asunto de enorme importancia y actualidad, porque la Universidad Anáhuac fundada por el Padre Maciel no es una sola universidad limitada a operar en la ciudad de México. Es de hecho una red de universidades que operan en varias ciudades de la República Mexicana (Veracruz, Cancún, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tamaulipas, etc.):

Universidad Anáhuac México Norte

Universidad Anáhuac México Sur

Universidad Anáhuac de Cancun

Universidad Anáhuac Xalapa

Universidad del Mayab

Universidad Anáhuac Oaxaca

Universidad Anáhuac Puebla

Universidad Anáhuac Querétaro

Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas

Obsérvese que no aparece aquí en esta lista actualizada (Mayo 2006) ninguna Universidad Anáhuac Guadalajara, lo cual puede ser interpretado como una concesión y una señal de respeto de los Legionarios de Cristo hacia esa otra universidad privada, la Universidad Autónoma de Guadalajara, la gran abuela de la ultraderecha universitaria mexicana, a la cual por ningún motivo se le quiere perjudicar haciéndole competencia que pudiera mermarle su fuente de ingresos, sobre todo a sabiendas de que de aquí parte todo para el avance de la causa suprema de la derecha radical: la inspiración, la coordinación, la guía, el financiamiento de la propaganda, el control de la disidencia, la puesta al día de las teorías doctrinarias neo-Nazis; en fin, todo, absolutamente todo. Es demasiado lo que le deben las organizaciones satélites de la extrema derecha de México a la Autónoma de Guadalajara como para que alguna de ellas trate de pagarle mal quitándole aunque sea un pequeño segmento de su mercado.

Cabe resaltar que, pese a las numerosas acusaciones en contra del fundador de los Legionarios de Cristo relacionadas con sus actos de pedofilia y abusos sexuales de menores de edad, el Padre Maciel jamás mostró un arrepentimiento público por las violaciones cometidas por él en contra de las leyes humanas y en contra de la ley de Dios. Jamás aceptó ni reconoció participación alguna en lo que la Santa Sede dá por hecho. Jamás le pidió disculpa alguna a ninguna de sus víctimas.

Si el alma del Padre Maciel se pierde, no será tanto por las transgresiones cometidas por él en contra de niños indefensos que no tenían forma de defenderse de sus acciones degenerados, ni por haber creado una organización que le ha servido de frente a las mil maravillas a la causa de la extrema derecha en México para reclutar “carne de cañón”, dado el hecho de que el Dios revelado por el Señor Jesucristo es un Dios que está dispuesto a perdonar al peor de los pecadores siempre y cuando ese pecador reconozca sus pecados y manifieste un arrepentimiento por haber incurrido en dichos actos con la intención de no volver a incurrir en dichos pecados jamás. Se perderá su alma irremediablemente por no haber mostrado jamás ese arrepentimiento sin el cual dada la magnitud de lo que hizo difícilmente se le abrirán las puertas del Cielo. Estas son las mismas razones por las cuales se puede anticipar que también se perderán irremediablemente las almas de quienes controlan las redes de la Organización Nacional del Yunque, y de quienes han entregado su espíritu incondicionalmente a la causa de los Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara, así como de quienes forman parte de la numerosa familia de los Leaño de Guadalajara que se han enriquecido a manos llenas explotando el sufrimiento de otros manejándolos como tontos útiles sin pena ni remordimiento. Para todos estos seres que se proclaman auténticos y fervorosos católicos, se antoja difícil que en el Juicio Supremo puedan lograr la absolución, máxime cuando no están dispuestos a reconocer y enmendar sus yerros.

Al aliarse con organizaciones ultrafanáticas de extrema derecha como la Organización Nacional del Yunque, la cual a su vez se supone manejada y controlada por la organización de raigambre Nazi conocida como los “Tecos” cuya sede principal es la Universidad Autónoma de Guadalajara, el Padre Maciel no sólo arruinó las vidas de aquellos niños y jóvenes a los cuales privó de su inocencia cargándolos de traumas severos que cargarán consigo por el resto de sus vidas. Su alianza con este tipo de organizaciones fué usada por las mismas para darse legitimidad y así poder enganchar nuevos incautos entre los fieles a la Iglesia Católica. De este modo, el Padre Maciel cometió dos pecados gravísimos cuyo legado debe ser tomado como nefasto para las generaciones futuras de México y Latinoamérica: el haberse corrompido a sí mismo y a quienes confiaron en él como pastor de la Iglesia de Cristo sometiendo a sus numerosas víctimas a todo tipo de aberraciones sexuales, y el haber hecho un pacto con el Diablo a través de sus representantes en la tierra para continuar con la causa del Nacionalsocialismo de Adolfo Hitler.

Entre los grandes perdedores con la caída del Padre Marcial Maciel se encuentran el Presidente Vicente Fox y su esposa Marta Sahagún. Y es que con la caída y el descrédito del fundador de los Legionarios de Cristo, se vinieron abajo todas las gestiones que estaba realizando en Roma el Padre Maciel para conseguir el matrimonio eclesiástico entre Vicente Fox y Marta Sahagún, quienes a su vez como buenos pro-Yunquistas siempre han dado un fuerte apoyo a los legionarios de Cristo. Porque hay que recordar que antes de formar una pareja, tanto Vicente Fox como Marta Sahagún ya estaban casados por la Iglesia Católica con otras personas, Vicente Fox estaba casado con Lilian de la Concha y Marta Sahagún estaba casado con Manuel Bribiesca Godoy. Y hay que recordar también que ese Benito Juárez al cual Vicente Fox tanto detesta, ese Benito Juárez al cual ordenó sacar de Los Pinos en cuanto entró en funciones como Presidente, es el mismo Benito Juárez que instituyó la ceremonia de la boda civil sin la cual Vicente Fox estaría viviendo ante el mundo entero una simple relación de amasiato en lo que vendría siendo la concubina presidencial.

Antonio Roqueñí, uno de los más prestigiados canonistas mexicanos, afirmó lo siguiente al hablar del impacto que la caída del Padre Maciel tendrá en los planes de Vicente Fox y Marta Sahagún para ser casados por la Iglesia Católica: “Todas esas gestiones se vienen abajo. ¡Por supuesto! Marcial Maciel ya no podrá gestionar nada ante el Vaticano. Se le acabaron todas sus influencias en el campo del poder eclesiástico. De hoy en adelante, todos esos personajes de la política con los que Marcial Maciel se estaba relacionando van a tener mucho cuidado en no embarrarse con él”. De este modo, la auto-llamada “pareja presidencial” se quedó sin su principal apoyo ante el Vaticano. El Padre Maciel ya había logrado obtener la anulación del matrimonio religioso entre Marta Sahagún y Manuel Bribiesca. Faltaba únicamente la anulación del matrimonio religioso entre Vicente Fox y Lilian de la Concha para que la pareja presidencial pudiese casarse con una ceremonia religiosa en un templo católico, lo cual hubiera sido algo sin precedentes dentro de la Iglesia tomando en cuenta que la renuencia histórica de la Iglesia a llevar a cabo la anulación de matrimonios religiosos fué lo que condujo a un cisma cuando Enrique Octavo era Rey de Inglaterra, el cual fué pagado en aquél entonces con la sangre de muchas víctimas inocentes. Pero ahora con el colapso del Padre Maciel faltándole menos de siete meses a Vicente Fox para entregar la silla presidencial, parece que la pareja presidencial se tendrá que conformar por lo que le quede de vida útil a su matrimonio con la unión civil instituída por el Benemérito de las Américas, al cual por cierto Vicente Fox sigue aborreciendo.

Estrictamente hablando, a partir de la resolución tomada por la Santa Sede con la cual espera cerrar definitivamente el caso del Padre Maciel prohibiéndole su participación en actos públicos a la vez que se arroja la sombra de la duda sobre su integridad, en realidad ya no se le puede seguir llamando “Padre”. De aquí en adelante en realidad es sólo el Señor Marcial Maciel Degollado a secas, aunque su imagen siga siendo venerada dentro de la red de universidades Anáhuac manejadas por los Legionarios de Cristo, cuya fé ciega les impide ver lo que para la Santa Sede es un hecho consumado.

Hay que dejar en claro una cosa: a nadie debe dar alegría la caída de un sacerdote católico cuando se comprueba la veracidad de tan graves acusaciones en contra suya como aquellas de las que fué objeto Marcial Maciel. Un sacerdote con fé inquebrantable y fiel a su vocación religiosa debe ser considerado como uno de los modernos apóstoles del Señor Jesucristo al cual ha entregado su vida entera, debe ser considerado como el portavoz de un mensaje de paz y esperanza para la humanidad entera, y no cabe en su oficio el ser corruptor y destructor de las vidas y las almas de aquellos fieles que confían plenamente en él como un emisario de Cristo. Lo que hizo Marcial Maciel y lo que siguen haciendo otros como él que continúan con su legado es ni más ni menos lo mismo que lo que hizo Judas Iscariote la noche que entregó al Maestro Jesús. Es el beso de la muerte. Es el beso seductor de la extrema derecha. Es el beso de Judas.


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POST SCRIPTUM:


El 30 de enero del 2008, Marcial Maciel Degollado dejó de existir en este mundo.

Si las acusaciones en su contra no hubieran sido más que un gran complot urdido sin razón alguna por mucha gente malvada que se puso de acuerdo actuando de mala fé sin tener nada que ganar excepto el perverso placer de tratar de destruír gratuitamente la vida de un ser inocente, Spectator y seguramente muchos otros honesta y sinceramente hubieran esperado y deseado que Marcial Maciel encontrase el consuelo, la paz, la serenidad, y el justo premio a su labor aquí en la Tierra, el paraíso celestial prometido por el Señor Jesús a quienes viven y pregonan su doctrina, con sus falsos acusadores expuestos a enfrentar una justicia divina que seguramente les retribuiría su merecido por haber levantado falso testimonio en contra de un ser espiritualmente noble y bueno.

Sin embargo, si tan sólo uno de sus acusadores (uno solo basta y ello sería demasiado) habló con la verdad, si es cierto que abusando terriblemente del ministerio que recibió de la Iglesia Católica incurrió en actos de pedofilia abusando sexualmente de un niño inocente que por su corta edad no se podía defender de la agresión; entonces tomando en cuenta que Marcial Maciel jamás expresó en vida ningún remordimiento por tal acto ni intentó jamás pedirle perdón a ninguna de sus víctimas, víctimas que terminaron en su mayoría perdiendo por completo su fé católica perdiendo también con ello precisamente lo mismo que Marcial Maciel como sacerdote les debería haber ayudado a encontrar, la salvación eterna ofrecida por Jesucristo, entonces no queda menos que ponerse a reflexionar que si todo aquello que enseña la Iglesia Católica en sus doctrinas es cierto entonces al expirar Marcial Maciel Degollado éste inevitablemente tuvo que llegar directamente a manos de un Juez al que es imposible mentirle porque tratarse de un Juez que conoce absolutamente todo lo que hizo la persona en vida, un Juez al que hay que rendirle cuentas de todos los actos, sobre todos aquellos actos graves cometidos en contra del prójimo aquí en la Tierra, actos que en este caso en lugar de conducir a las víctimas a su salvación eterna terminó apartándolas del camino dejado por el Señor Jesús en abierta rebelión a sus enseñanzas y en abierta comunión con el Príncipe de las Tinieblas. Y dada la magnitud de los actos por los que fue acusado en vida y de los cuales jamás mostró arrepentimiento alguno ni buscó jamás el perdón de sus víctimas y mucho menos el tratar de darles alguna restitución o reparar de alguna manera el terrible daño que les hizo, pocos quisieran estar en los talones de Marcial Maciel al partir de este mundo para enfrentar él sólo sin la compañía ni el apoyo de nadie esa justicia infinita de la cual no hay apelación posible y de la cual sus cientos de “Legionarios” que lo estuvieron exculpando en vida y lo siguen exculpando tras su muerte no lo pudieron librar.

No hubo de pasar mucho tiempo después de la muerte de Marcial Maciel para que el mito que éste había construído en torno suyo se empezara a desmoronar en mil pedazos antes los ojos atónitos de sus admiradores. Posteriormente a la publicación de este documento, empezaron a salir a la luz pública varios hechos que habían permanecido ocultos bajo un impenetrable manto de silencio tendido en torno a la vida secreta del Padre Marcial Maciel. Y uno de ellos tiene que ver con una hija ilegítima procreada por Marcial Maciel con una amante que tuvo. Estos no son infundios inventados por “gente malvada” empeñada en mancillar el prestigio y la reputación de un hombre “santo”. Son hechos reconocidos y aceptados por los mismos Legionarios de Cristo, aunque tardía y extemporáneamente.

Veamos la siguiente nota publicada el mismo día en el que hizo explosión mundial el escándalo en el que se vió involucrado tan amoral sacerdote.

El Padre Maciel tenía hija, mujer y estafaba a sacerdotes
Mesa de redacción
Agencia APRO
4 de febrero del 2009

El sacerdote fundador de la orden Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, engendró a una hija, tenía mujer y exigía cantidades de hasta 10 mil dólares a sus seguidores, reporta la prensa estadunidense.

La agencia Reuters atribuye al portavoz de la orden en Roma, Paolo Scarafoni, la abierta admisión de que Maciel llevaba una doble vida, contraria a los preceptos de dicha religión: “No podemos negar la existencia de estos hechos, pero no podemos entrar en detalles, porque tenemos que respetar la intimidad de las personas involucradas”.

En tanto, el New York Times incluye en su edición que otro vocero de la orden, Jim Fair, reconoció que Maciel no ejercía los recursos de la orden con transparencia. Compara que mientras a cualquier seminarista se le exigía comprobar hasta las compras menos costosas, el líder de la congregación jamás rendía cuentas.

Aún más, Fair confirma que Maciel en cada viaje pedía un promedio de 10 mil dólares a su partida.

Las ediciones más importantes de Estados Unidos atribuyen al Vaticano el reconocimiento de la hija de Maciel y de su pareja. Así lo hicieron el Dallas Morging News, el Boston Globe, The Washington Post, por citar algunos.

A Maciel, antes de morir, el propio Papa Benedicto XVI lo retiró del sacerdocio, como consecuencia de la denuncia de una docena de sacerdotes que lo acusaron de abuso sexual.


Sabido era, por quienes le servían ciegamente como seguidores suyos, quienes más que Legionarios de Cristo parecían Legionarios de Marcial Maciel, que Marcial Maciel era extremadamente duro con sus seguidores en lo que al manejo de los dineros de la organización se refiere, a la vez que él se despachaba con la cuchara grande despilfarrando recursos en cantidades muy superiores a las cantidades por las cuales imponía duras penitencias y castigos a los miembros de su orden en caso de no justificarle hasta el último centavo. En esto, no era diferente a los líderes de otras sectas y organizaciones ideológicas extremistas que imponen una disciplina dura a los tontos útiles que se ponen a su servicio a la vez que ellos mismos quebrantan sus propias reglas seguramente carcajeándose a mandíbula batiente de sus seguidores.

Veamos ahora la siguiente nota.

Marcial Maciel tuvo una amante y una hija, confirman los Legionarios de Cristo
Elizabeth Velasco y agencias
LA JORNADA
5 de febrero del 2009

Luego de las revelaciones del New York Times en torno a que Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, tuvo una relación con una mujer, con quien procreó una hija, el portavoz de la congregación en el Vaticano, Paolo Scarafoni, aceptó: “no podemos negar la existencia de esos hechos”.

Recientemente hemos conocido algunos aspectos de su vida que son muy difíciles de entender; aspectos de su vida que no eran apropiados para un sacerdote, puntualizó.

En la ciudad de México, el vocero de la orden, Javier Bravo, refirió que Marcial Maciel “tuvo una falla, como cualquier persona”, al reconocer que las revelaciones sobre la doble vida del fundador afectan a la agrupación religiosa.

En entrevista con La Jornada, sostuvo que más allá de estos señalamientos contra Maciel, hay un gran reconocimiento a su persona, pues fue usado por Dios para formar esa congregación y promover obras en más de 40 países.

Maciel murió el año pasado, a los 87 años, luego de que el papa Benedicto XVI le ordenó en 2006 que se retirara a una vida de “oración y penitencia”, tras ser acusado en 1997 de cometer abuso sexual contra seminaristas cuando eran menores de edad.

Objeto de investigaciones, en 2004 Maciel dimitió como líder de los Legionarios de Cristo, luego de décadas de haber negado las acusaciones de pederastia, hasta que el Vaticano decidió que eran ciertas y lo sometió a su disciplina. En consecuencia, tuvo que dejar de oficiar en público.

En sus revelaciones, el New York Times destacó que Marcial Maciel tuvo amoríos con una mujer y procreó una hija en la misma época en que él y su movimiento se ganaban los elogios del papa Juan Pablo II.

Scarafoni reconoció los hechos que implican al sacerdote, pero dijo no poder entrar en detalles por respeto a la privacidad de las personas implicadas.

El rotativo también dio a conocer que el director general de los Legionarios, el reverendo Álvaro Corcuera, está visitando discretamente sus comunidades religiosas y seminarios en Estados Unidos para informar a sus miembros que su fundador llevaba una doble vida.Sobre los señalamientos de pederastia, el portavoz de la orden en la ciudad de México dijo que “hubo algunas exposiciones en 2000 y 1997 respecto al padre Maciel y, tras su muerte, hubo un comunicado del Vaticano, el cual ha dado una declaración este día en el sentido de que el caso está cerrado”.

Resulta inexplicable que con todo esto y pese a todo esto, saliera casi de la nada una hija “espiritual” de Marcial Maciel de nombre Lucrecia Rego de Planas, la misma directora de la conocida página catholic.net, defendiendo a capa y espada a tan amoral sujeto. Esto es parte de lo que ella pone en una carta dirigida al Arzobispo de Chihuahua José Fernández Arteaga publicada bajo el encabezado “Habla la otra hija del P. Marcial Maciel”:

Ayer, 4 de febrero, sin que nadie se lo esperara, apareció de repente, como salida de la nada, una hija del P. Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. Fue la gran noticia a ocho columnas que recorrió las rotativas del mundo entero, desde el enorme "New York Times", hasta el pequeñito "Diario de Tingüindín", pasando por el "Washington Post", "El País", "Le Monde" y cientos de periódicos más, incluyendo la blogósfera a nivel internacional.

Esa chiquilla, hasta ayer desconocida, sin deberla ni temerla, se ha hecho famosa en el mundo entero en un solo día y... no puedo negar que eso me ha hecho sentirme un poco celosa, pues... yo no saldré publicada en todos los diarios (tal vez en ninguno) y ¡también soy hija del P. Maciel!

No llevo su sangre en mis venas (por eso no soy noticia), pero gran parte de lo que soy (casi todo) se lo debo a él. Sí, el P. Maciel es mi padre (Nuestro Padre, como cariñosamente le llamamos los miembros del Regnum Christi) y lo digo con mucho orgullo.

Es cierto que sus genes no son mis genes (ésos, los heredé de mis padres biológicos) pero mi cerebro está lleno de los pensamientos que él me enseñó; mis palabras están contagiadas de las palabras que desde niña leí en sus cartas, al grado que a veces confundo las suyas con las mías; mi espiritualidad es la espiritualidad que él me enseñó a desarrollar; mi vida de oración es tal como él me enseñó a orar; mi corazón siente tal como él me enseñó a sentir, siempre poniendo a los demás antes que a mí.

De él recibí las pautas para llevar con éxito mi vida matrimonial, para educar a mis hijos con disciplina y delicadeza, para trabajar con ardor por la salvación de las almas y la extensión del Reino de Cristo. Gracias a él conocí a Dios y pude tener un encuentro personal con Jesucristo, que se convirtió, desde mi adolescencia, en el Centro, Modelo y Criterio de mi vida. Soy, sin lugar a dudas, una auténtica hija del P. Maciel.

Pero... ella, mi hermana menor, la que acaba de aparecer, y no yo, es a la que han hecho famosa todos los diarios. Era de esperarse, pues ella es su hija como fruto de la debilidad humana y de un pecado secreto, de ésos que todos hemos cometido en alguna ocasión (y eso, lo escandaloso y turbio es lo que busca la prensa). Yo, en cambio, no soy noticia... porque soy hija de las cosas buenas del P. Maciel, soy fruto de sus muchas buenas obras, de sus buenos pensamientos, de su fortaleza, de su entrega; de su amor a Jesucristo, a las almas y a la Iglesia; de su intensa vida de oración y su enorme riqueza intelectual, espiritual y apostólica que dejó plasmada en su cartas y en las constituciones de la Legión y el Regnum Christi.

¿Es ella, la ahora famosa, más hija del P. Maciel que lo que soy yo? No, creo que no.

Veamos lo que le contestó en Milenio una comentarista de nombre Ana a la hija “espiritual” de Marcial Maciel:

Mi querida Lucrecia:

Me dejó perpleja tu carta que subiste a Internet. Estoy segura que has recibido infinidad de correos, quizá muchos de ellos apoyando todo lo que dices de “tu padre”, pero ¿a qué no has recibido una carta de la esposa de una víctima directa de Maciel?

Lo que me asombra es la gran importancia que, como toda la prensa y los medios, le das a la “chiquilla” hija de Maciel, una travesurilla más de “tu Padre”, y que toda tu atención se centra en esta insignificante faltilla, si se le compara con los otros crímenes de lesa humanidad que cometió Maciel. La total falta de sensibilidad para evaluar los daños causados por “tu padre” a más de 50 niños y jóvenes que estaban encomendados a su cuidado para prepararlos a una vida de castidad y de entrega a Dios en el sacerdocio, me hace pensar que esa carta no la escribió una mujer, sino un hombre: o un hombre de los enamorados de Maciel te mandó que la escribieras, para crear confusión y hacer olvidar sus verdaderamente graves pecados. La Pederastia es un pecado tremendísimo, y ya en el mundo se le considera y se le castiga como un crimen. Pero ahora me da la impresión que tú y algunos legionarios, tratan de taparlo reconociendo y dando a conocer al parecer por propia iniciativa, la noticia de la hija.

Tú no puedes ni siquiera imaginarte el daño moral, mental y físico tan grande que ese monstruo vestido de sotana le hizo a mi esposo que fue abusado a los 15 años por “ese tu padre” y así continuó “utilizándolo” por más de 10 años, extendiendo el engaño con el que había venido abusando de apostólicos, novicios y religiosos durante más de 4 décadas, muy probablemente cinco (1940-1980.- desde sus 20, hasta sus 60 años, y más…). Con mucha pena te puedo decir que mi esposo, que ex legionario, formó parte del “harén” de Maciel, repartido por todo el mundo en las diferentes casas de formación. Y por lo que ahora se ve, “tu padre” se despachaba hombres y mujeres, ya sea para satisfacer su perversidad sexual (con sus discípulos), ya sea para seducir y sacar dinero a las mujeres con las que también tuvo relaciones. Pronto aparecerá un libro que te dará informes sobre esto también.

¿Dónde queda pues, la santidad de tu querido “padre”? No llevaba una doble vida, llevaba una vida completa de pecado, Por un lado de mentira y perversión sexual, y por otro de hipocresía y de sacrilegio, cubriendo todo con una apariencia de piedad. Maciel fue un mago, un ilusionista, que pudo por un lado satisfacer todos sus más bajos instintos y confundir y engañar, no sólo a niños y jóvenes que habían puesto su confianza en él sino también haciendo creer a la gente bien intencionada y que no lo conocía de cerca, o ingenua, como tú, que era la perfección en persona, poco menos que Cristo en la tierra. Este perverso asesino y devorador de almas, maltrató y destruyó de tal manera a mi querido esposo que a la fecha los daños físicos derivados de esas heridas del alma, son muchos, ¿con qué se le puede resarcir todo este daño? ¿De qué sirve, ante estas y otras tan tristes realidades, que estoy casi seguro tu ignoras, una cartita ñoña y sentimental como la tuya; cursi y cruel, pero con apariencia de piedad y de lealtad?

Qué lástima me da que sientas tanto orgullo de ser la hija espiritual de Maciel, porque si tus pensamientos, tu espiritualidad, tu manera de ser, y de sentir, etc. son los de él, es muy probable que tengas también esas mismas horribles tendencias que él tuvo, y que tengas que pagar tus pecados como él seguramente los estará pagando en el infierno, cuando tú llegues allá. Porque quiero ilustrarte un poco acerca del perdón de los pecados; Si hemos hecho daño a alguien con nuestros pecados, para que Dios nos perdone tenemos que arrepentirnos de verdad, y dentro de un verdadero arrepentimiento está el resarcir el daño en la medida de lo posible. Y este hombre, no sólo les robó a tantos su virginidad y su castidad, y a muchos su fe en Dios, sino que cuando lo denunciaron “con verdad”, en lugar de confesar sus faltas y pedir perdón, las negó con juramento, “públicamente”, mediante la prensa, llamando a sus acusadores mentirosos, calumniadores y mal intencionados. Y una “detracción pública” sólo la perdona Dios con una “confesión pública”, cosa que él nunca tuvo el valor de hacer.

Así que, ¿Tú crees que una persona que cree en Jesucristo puede actuar de la forma en que actuó Maciel? Ese pobre hombre no tenía la mente de Cristo, tenía la mente de Maquiavelo o de Hitler, seres sin duda extraordinarios, en quienes la maldad sobrepasa todos los estándares del común de la humanidad pecadora. Son seres cuya vida está llena de perversidades y astucia diabólica. Satanás les da el poder de manipulación y dominio que les capacita para apoderarse de la mente y del corazón de la gente para hacer con ella lo que se les antoje. Tú y cientos de miles de personas han sido también sus víctimas, y son un ejemplo de ello: de lavado de cerebro, de enajenación y están tan ciegos, que aún ahora, contra todas las evidencias, se ponen a decir cosas que a los que nos arruinó la vida nos parecen grotescas, fuera de toda lógica y contexto. ¿Qué no te has enterado de las declaraciones de dolor y desilusión hechas ya al presente por muchos Legionarios que después de defender a su fundador apasionadamente, han por fin cedido ante las evidencias de su escandalosa vida y se han sentido traicionados por él en lo más sagrado de su conciencia? ¿O te crees con más discernimiento que el P. Alvaro Corcuera, o el P. Juan Pedro Oriol…etc.? Realmente, ¿Qué otra oportunidad tuviste de conocer de cerca a Maciel, que el verlo de vez en cuando celebrar misa y pasear por los jardines? ¿Cómo te puedes aventurar a poner la mano sobre el fuego por él? La Palabra de Dios dice que “Maldito el hombre que confía en el hombre”. No quieras caer tú bajo esa maldición.

Yo te aconsejaría que leyeras la Biblia para que te enteraras de lo que dice Dios respecto de los que pecan y no se arrepienten sino que se endurecen en el pecado durante mucho tiempo. Tú te concretaste a leer las cartas apócrifas de Maciel. Cartas que le escribían otros, y que a veces ni siquiera revisaba antes de firmarlas. Mi esposo fue uno de los que las escribieron. Como ves, “Tu Padre”, por añadidura, no tenía ninguna riqueza intelectual como tú has creído, era de lo más ignorante, aunque sí, muy hábil para sacarle el dinero a la gente. Nunca cursó estudios filosóficos ni teológicos y está incluso en duda la validez de su ordenación sacerdotal. Investiga la verdad y te encontrarás con muchas sorpresas. ¿Vida de oración?, ¿a qué horas? Sólo cuando quería “apantallar” a los que lo veían. Él nunca leía la Biblia, ni siquiera el breviario, la misa la celebraba sólo cuando consideraba que “tenía que hacerlo” para cubrir apariencias, en sus “escapadas frecuentes”, se iba a los mejores hoteles de las grandes ciudades, con alguno de sus “lindos jovencitos” y se la pasaba en la cama, leyendo revistas mundanas como el Oggi, el Hola y todas las de ese tipo: Gente; Paris Match en español, (porque no sabía francés, ni inglés, ni latín, como tú crees), y el Italiano que hablaba era un italiano champurreado, muy, pero muy defectuoso. Consulta a los que lo conocieron de cerca, y verás.

Y ya para terminar, no te confíes en que “tu padre” esté ahora en el cielo. Aunque yo sí se lo desee, y crea ardientemente en que Dios es misericordioso y bueno, pero no consta que Maciel se haya arrepentido, ni parece probable. Finalmente, no creas que nos vayamos al cielo por nuestras buenas obras, (como las que supuestamente hizo Maciel a la Iglesia), nos vamos al cielo si verdaderamente creemos y ponemos nuestra confianza en el Sacrificio Redentor que sufrió Jesucristo por nosotros y nos mantenemos congruentes con esa fe y consagramos todo lo que hacemos a Cristo, Pero Maciel, por lo que se sabe de él ya con toda claridad, hizo todo lo que hizo para ensalzar su nombre y crearse una imagen que no correspondía a la realidad de su vida. Y aunque es de admirarse una astucia como la de él con la que pudo engañar por décadas a miles de gente, incluyendo a Obispos, Cardenales y a algunos Papas, ten por seguro que a Dios no lo engañó, y dice la Sagrada Escritura que “De Dios nadie se burla” y que “terrible cosa es caer en manos del Dios vivo”, cuando nos hemos querido burlar de su amor y misericordia.

No sigas defendiendo la obra de Maciel para que cuando llegues al cielo, al Gran Tribunal de Cristo, no te encuentres con la gran sorpresa de que no eras la hija de Maciel sino la... “¡LA HIJA DEL DIABLO!”

Hay razones sobradas para suponer que los Legionarios de Cristo, al menos los situados en los escalafones superiores de la organización, no sólo sabían de la doble vida llevada por Marcial Maciel, sino que inclusive estaban enterados acerca de la existencia de la hija que tuvo con una amante. Y que lo callaron. Esto los hace culpables, si no de los principales delitos cometidos por su fundador, al menos de encubrir al perpetrador, al igual que los Obispos de las parroquias norteamericanas que estuvieron encubriendo a los sacerdotes pedófilos, razón por la cual al venírseles encima el alud de demandas multimillonarias se vieron en la penosa necesidad de tener que estar cerrando iglesias y escuelas católicas para poder juntar los dineros de las indemnizaciones que les impuso la ley como castigo por haber encubierto y protegido a los culpables.

Si los que heredaron la organización Legionarios de Cristo no tuvieron el valor o la civilidad, ya no se diga la convicción espiritual, para denunciar a su fundador y los crímenes de los que fue acusado posteriormente y de los cuales casi seguramente tenían conocimiento, carecen de toda autoridad moral para andar dando cátedras de moralidad y ética a quienes quieran perder su tiempo escuchándolos. A su manera, sus continuadores no son mejores que su fundador, al igual que la organización que encubrió por tantos años todo lo que hoy está saliendo a la luz no gracias a ellos sino pese a ellos, quizá como parte de un castigo anticipado que está recibiendo esta organización que, como ya se dijo, debería reconocerse como lo que es y cambiar su nombre por el de Legionarios de Marcial Maciel. Esto al menos acabaría con muchas de las simulaciones y la hipocresía.

Conforme va saliendo la basura acumulada, hasta los más escépticos están cayendo en la cuenta de que para poder documentar la vida licenciosa y disoluta de Marcial Maciel haría falta elaborar toda una enciclopedia. Juan José Vaca y Alejandro Espinosa afirman que cuando Maciel les solicitaba la masturbación, les contaba que lo mismo hacían con él los trabajadores de su padre en Pocasangre, el rancho familiar situado a unos pocos kilómetros de Cotija. También lo cuenta sin tapujos el ex-jesuita de Comillas José Manuel Ruíz Marcos en la obra La orden maldita, una historia novelada muy poco conocida que relata con pelos y señales los turbulentos orígenes de la Legión. Eran conocidos en la Legión el descontento y la aversión de los hermanos mayores del fundador hacia la obra, y especialmente del primogénito Francisco Maciel Degollado. Éste nunca creyó en la vocación de su hermano ni en lo que éste traía entre manos. Despreció a la Legión hasta su muerte en el 73, a pesar de los aparentes éxitos apostólicos que encumbraban al fundador. ¿Qué sabían, que habían visto? La misteriosa expulsión de Maciel del seminario interdiocesano de Montezuma la noche del 17 de junio de 1940 no tendría su causa tanto en la “creación de un grupo de devoción al Corazón de Jesús”, como relataba el propio Maciel, sino a las conductas viciosas que ya mostrara el Maciel seminarista.

Como deja bien atestiguado y probado Fernando M. González en su libro Marcial Maciel, testimonios y documentos, en 1945 ya hay una denuncia ante un obispo por abusos sexuales. El padre del joven Francisco de la Isla denunció a Maciel ante el obispo de Cuernavaca por haber solicitado la masturbación a su hijo en más de diez ocasiones. Los hechos denunciados comenzaron poco antes de que Maciel recibiese el orden sacerdotal (noviembre del 44) y continuaron algunos meses después.

Derramando las lágrimas de cocodrilo usuales para la solemnidad de la ocasión, el 21 de febrero del 2010 en la Ciudad de México, ante más de 10 mil asistentes al Encuentro Juventud y Familia del Regnum Christi, el secretario general de los Legionarios de Cristo sacerdote Evaristo Sada pidió perdón por los abusos cometidos por el degenerado pedófilo Marcial Maciel, sumando sus disculpas a las ofrecidas por el superior general de los Legionarios, Álvaro Corcuera. Quizá no les entró jamás en el cerebro a estos dos que las tardías disculpas ofrecidas por ambos carecen de mérito alguno en virtud de que quien las debería haber ofrecido, el principal culpable, Marcial Maciel, nunca las ofreció en vida ni mostró jamás arrepentimiento público alguno por los viles actos de abuso sexual que cometió en vida en contra de los niños indefensos que cayeron en sus puercas manos. Más que pedir perdón por algo que no hicieron, tanto el sacerdote Evaristo Sada como el sacerdote Álvaro Corcuera deberían pedir perdón hincados de rodillas por haberle estado tapando el trasero al criminal Marcial Maciel justificándolo y defendiéndolo en todo momento a capa y espada cuando aún vivía, convirtiéndose en cómplices de ese monstruo que utilizó el hábito religioso para escapar la acción de la justicia. Pero por haberlo tapado y haberlo encubierto estos dos no están pidiendo ningún perdón ni están ofreciendo ninguna disculpa. Como tampoco están pidiendo perdón a todos aquellos testimoniantes que denunciaron las porquerías que estaba cometiendo el amoral Marcial Maciel y a quienes los cómplices de Marcial Maciel acusaron injustamente de estarle levantando falsos testimonios, siendo que ellos mismos al estar tapando a Marcial Maciel fueron quienes estuvieron levantando falso testimonio en contra de los denunciantes acusándolos de mentirosos cuando todo el tiempo lo que estaban denunciando era cierto. Siempre que dos partes afirman estar diciendo la verdad, y las verdades de ambas partes son verdades contrarias, una de las dos partes necesariamente está mintiendo, y con el paso del tiempo se les cayó su teatrito a quienes ya no pudieron sostener más la imagen dizque pulcra e inmaculada de su infernal mentor. En muestra de arrepentimiento y considerando la enorme cantidad de recursos obtenidos por los Legionarios de Cristo a través de la red de universidades Anáhuac, podrían haberle ofrecido una compensación económica a los niños que fueron víctimas de innumerables abusos sexuales a manos del demonio encarnado Marcial Maciel, una reparación económica de daños que estuviese en proporción directa al daño ocasionado, pero el arrepentimiento de los herederos espirituales y económicos de la orden de Marcial Maciel nunca ha llegado a tanto. En cualquier caso, habiendo tenido los Legionarios de Cristo un origen perverso al haber sido fundada la orden por un hombre perverso, lo mejor que podría hacerse sería disolver la orden utilizando los recursos para la reparación del daño a las víctimas, que fue inmenso. Pero esto tampoco lo están haciendo ni lo piensan hacer, porque por muy espiritualistas que se jacten de ser, la preservación de la orden fundada por Marcial Maciel tiene más que ver con intereses creados y asuntos terrenales que pesan mucho más y tienen mucha mayor importancia que las cosas espirituales, al menos para estos dos. A$unto$ tales como las $uma$ multimillonaria$ de dinero que están manejando mediante los negocios que son las universidades Anáhuac que representan pingües ingresos que han creado intere$e$ banales que les justifican perpetuarle a Marcial Maciel la organización que creó en vida. De no ser por estos jugosos intere$e$ económicos, además de los intereses políticos que le permiten a esta organización extender el músculo de su poderío social a través de sus leales egresados que se han ido sumando a las filas de una extrema derecha enferma de poder, posiblemente Evaristo Sada y Álvaro Corcuera tomarían los hábitos de un monasterio para dedicarse al retiro espiritual y a la oración como lo hacían los verdaderos santos en otros tiempos. Pero si se trata de retener el poder económico y político, y no sólo de retenerlo sino acrecentarlo aún más, estos dos pájaros de cuenta parecen haber tomado ya su decisión con respecto al lado de quién están realmente, y en ausencia de Marcial Maciel la función debe continuar. Después de todo, negocios son negocios, y más cuando se trata de negocios multimillonarios en los que se explotan las carencias educativas de un país tan grande como México. Y si el mismo Vaticano les ordenase a los Legionarios de Cristo la disolución de la sociedad y la donación de todos sus bienes materiales a la beneficencia pública para obras de caridad, es muy posible que no vacilarían en ponerse en “respetuosa desobediencia” desacatando las órdenes del Papa tal y como lo hizo el Obispo rebelde Marcel Lefevbre, llegando incluso a constituírse en una secta, para lo cual ya tienen suficientes recursos económicos además de su “patrono” que ha de estar viendo por ellos desde el más allá en dondequiera que se encuentre.

No habían transcurrido ni siquiera dos semanas de que el secretario general de los Legionarios de Maciel pidiera perdón por los abusos cometidos por el fundador de la orden cuando les estalló otro escándalo cortersía de una de las periodistas independientes más respetadas de México con un evento de trascendencia histórica: la histórica entrevista hecha a uno de los hijos de Maciel llevada a cabo por Carmen Aristegui. Se trata de la misma periodista que fue echada de TELEVISA por negarse a ser comparsa y cómplice de las tácticas desinformativas de esta empresa monopolizadora (corre el rumor no confirmado de que al conductor del noticiero estelar de TELEVISA, Joaquín López-Dóriga, el haber perdido la exclusividad de la noticia le produjo un disgusto tal que por poco se le perfora el estómago con una úlcera). A continuación se presentan dos notas periodísticas que documentan el escándalo, empezando por la primera publicada por REFORMA:

Revela abusos, hijos de Maciel
Agencia Reforma
3 de marzo del 2010

Dos hijos reconocidos de Marcial Maciel acusaron que fueron abusados por el fundador de los Legionarios de Cristo.

Raúl González Rivas reveló que a la edad de 8 años fue abusado por primera vez por su padre, quien entonces se hacía llamar José Rivas.

“Estábamos de viaje en Colombia, acostados en la cama, como cualquier niño pequeño acostado con su padre, y él intentó bajarme el calzoncillo”, expresó el joven en el noticiario radiofónico de Carmen Aristegui, en la primera entrevista que brindan a algún medio de comunicación sobre el tema.

Raúl, junto a su hermano Omar, hablaron de cómo Maciel los obligaba a masturbarlo, cuando ellos no superaban la edad de 10 años.

Los jóvenes, junto con Christian González Lara, ahora de 17 años, eran parte de la familia que el presbítero católico tuvo con Blanca Esthela Lara.

Lara reveló que conoció a Maciel en Tijuana cuando ella tenía 19 años de edad y él 56.

“Cuando yo lo conocí él me dijo que ya era un hombre grande, que quería tener una familia. Él nunca se quiso casar, yo sí, pero yo era tan inocente”, mencionó Lara, quien dijo que de cariño Maciel la llamaba “Nena”.

“Él siempre decía que era detective privado, que era de la CIA, todo el tiempo le creí”, aseguró la mujer.

Las mentiras acerca de su oficio de investigador, mencionó, las utilizaba para justificar sus viajes al extranjero, donde duraba hasta uno o dos meses sin regresar a casa.

Blanca Esthela indicó que cuando conoció a Maciel, ella tenía ya a Omar, hijo de su primer matrimonio, y que el fundador de los Legionarios no reparó en adoptarlo.

A la edad de 22 años, la mujer dio a luz a Raúl, y años después a Christian.

Cuando llegó la hora de registrar a los niños, Marcial Maciel, aunque se hacía apellidar Rivas, dio a sus hijos el apellido de González.

“Él dijo: ‘ah mira, voy a buscar una acta de nacimiento de mi papá y vamos a usar su apellido, González’”, relató Blanca Esthela.

Los jóvenes en determinado momento utilizaron los apellidos Rivas Lara pero la madre debió dejarles González Lara, por los problemas legales que representaba utilizar el anterior.

Y a continuación tenemos la otra nota documentando esencialmente lo mismo pero con una poca más de información:

Marcial Maciel abusó hasta de sus propios hijos
Rodrigo Vera
Agencia APRO
3 de marzo del 2010

Dos hijos del padre Marcial Maciel, Raúl y Omar, revelaron hoy que fueron abusados sexualmente por parte del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel.

Raúl González Rivas reveló que él tenía 8 años de edad cuando su padre, quien siempre les ocultó su verdadera identidad, abusó de él por primera vez.

“Estábamos de viaje en Colombia, acostados en la cama, como cualquier niño pequeño acostado con su padre, y él intentó bajarme el calzoncillo”, dijo el joven en el noticiario radiofónico de Carmen Aristegui.

Junto con su hermano Omar, Raúl agregó que ya cuando ambos superaban los diez años de edad, Marcial Maciel los obligaba a masturbarlo.

Estos jóvenes, junto con su otro hermano Christian González –actualmente de 17 años-, fueron los hijos que Marcial Maciel tuvo con la señora Blanca Estela Lara Gutiérrez.

Raúl y Christian dijeron que ellos son hijos fisiológicos de Maciel, mientras que Omar –el mayor— fue adoptado por Maciel desde que era un bebé, ya que fue producto de una relación anterior que tuvo la señora Blanca Estela.

Ésta, por su parte, reveló que conoció a Marcial Maciel en la ciudad de Tijuana, cuando ella tenía 19 años de edad y él 56.
Dijo Blanca Estela:

“Cuando yo lo conocí, él me dijo que ya era un hombre grande, que quería tener una familia. Él nunca se quiso casar. Yo sí. Pero yo era tan inocente”.

Fue así como Maciel adoptó a Omar, y procreó después a Raúl y a Christian. A todos ellos, el fundador de los Legionarios les mintió sobre su verdadera identidad, pues les dijo que se llamaba Raúl Rivas.

Pero al momento de registrar a los niños, aunque Maciel se hacía apellidar Rivas, les dio el apellido de González.
A esta familia, Maciel ni siquiera le mencionó que era sacerdote.

Agregó la señora Blanca Estela:

“Él siempre decía que era detective privado, que era de la CIA. Yo siempre le creí”.

Los hijos mencionaron que siempre sintieron una gran admiración por su padre, quien era con ellos “muy amable”, y hasta los vecinos les decían que “debía ser un santo”.

Maciel les recomendaba a sus hijos que no fumaran ni tuvieran novia hasta los 25 años de edad. Lo veían como “el patriarca de la familia”.

Sin embargo, se dieron cuenta de la verdadera identidad de Maciel debido a que un día vieron su fotografía publicada en la revista Contenido. La publicación daba a conocer también los cargos de pederastia que pesaban sobre el fundador de los Legionarios.

Raúl relató que, con el tiempo, empezó a tener problemas sicológicos. Y Maciel lo envió con un psiquiatra en España que le estuvo suministrando fármacos muy fuertes –como los empleados contra la esquizofrenia—que lo mantenían en cama e inconsciente.

Los jóvenes también revelaron –en esa entrevista radiofónica-- la adicción a las drogas de Marcial Maciel. Dijeron que éste siempre cargaba en los bolsillos unas pastillas de color rojo, que incluso se las daba a probar. Hasta hace poco descubrieron –dicen—que se trataba de un medicamento hecho a base de morfina.

Actualmente, Blanca Estela y sus hijos están pidiendo a la Legión de Cristo la herencia que Maciel les prometió. Es una cuantiosa suma de dinero que, según les dijo Maciel, fue depositada en un fideicomiso.

Sin embargo, a la fecha no han podido detectar dónde está ese fideicomiso. Ellos suponen que los Legionarios les quieren robar la herencia que les corresponde.

Si el irredento y degenerado pederasta Marcial Maciel:





abusaba sexualmente de sus propios hijos, de su propia sangre, ¿por qué razón habría de sentir respeto alguno por aquellos que no fueran sus propios hijos? ¿Qué habría de detenerlo, cuando se creía y se sentía tan poderoso, protegido y encubierto por sus propios Legendarios de Maciel (el cambio de nombre que se dá aquí a la organización está más que justificado habido el hecho de que los que sobreviven a Maciel en su obra se están convirtiendo en toda una leyenda no sólo en Internet sino en la prensa sensacionalista que no se dá abasto con tanto escándalo) y protegido y encubierto por altos jerarcas de la Iglesia Católica que jamás lo pusieron al descubierto y que por lo contrario se la pasaron todo el tiempo justificándolo queriendo darle a este disoluto pseudo-sacerdote la imagen de víctima inocente que era acusado por difamadores en busca de fama? Los cada vez más siniestros y tenebrosos Legendarios en los cuales confió Marcial Maciel para que le cubrieran el trasero mientras el se corrompía a sus anchas tienen rostros y tienen nombres, y entre los más importantes se podemos mencionar a: Álvaro Corcuera, sucesor de Marcial Maciel como director general de los Legionarios:





al cual se suman Luis Garza Medina, vicario general; Evaristo Sada, secretario general; Marcelino de Andrés, Alfonso Corona, uno de los superiores, y no puede faltar en la lista John Devlin, secretario personal del fundador.

Necios en seguir ocultando la cada vez más patente iniquidad de su fundador, los encargados de administrar las multimillonarias y nada celestiales franquicias de Marcial Macial no tardaron en responder a uno de los acusadores (hijo de Marcial Maciel) de nombre Raúl exhibiendo ante la prensa una carta elaborada por Carlos Skertchly, uno de los Legendarios de Maciel, denunciando que Raúl les había pedido 26 millones de dólares a cambio de su silencio. Sin tener que entrar en detalles sobre la falsedad o veracidad de los alegatos de los Legendarios de Maciel, baste con señalar que en los Estados Unidos en donde la justicia marcha de un modo muy diferente a como marchan las cosas en México sin necesidad de tener que ofrecer ningún silencio a cambio a las víctimas de abuso sexual a manos de sacerdotes católicos pederastas los tribunales civiles han indemnizado a las víctimas con multimillonarias compensaciones que terminaron quebrando las finanzas de la Iglesia Católica norteamericana obligándola a poner a la venta sus templos y propiedades y a cerrar escuelas católicas privadas poniendo a la venta los edificios y propiedades de las mismas con el fin de recabar las sumas extraordinarias de dinero que fueron impuestas como castigo por la protección dada a los inicuos sacerdotes pedófilos que en vez de ser hombres consagrados al servicio de los evangelios y las enseñanzas de Jesús terminaron convirtiéndose en criminales escudándose detrás de la elevada posición de respetabilidad que les daba la sotana. Si en México hubiese existido un sistema de justicia similar a la norteamericana, los Legendarios de Maciel habrían terminado en la bancarrota pagando en indeminzaciones una cantidad de dinero muchísimo mayor a los 26 millones de dólares con los que supuestamente estaban siendo chantajeados. De cualquier manera y sin entrar en particulares ni ofrecer un solo centavo de compensación a víctima alguna, no han cesado de estar ofreciendo “disculpas” por “lo que pudiera haber hecho” el envilecido fundador de los Legendarios lo cual no le hace gracia alguna a ninguna de las víctimas del infernal “padre” Maciel como podemos verlo en la siguiente nota:

‘Dejen de pedir perdón y reparen daños’
Susana Moraga
Agencia Reforma
4 de marzo del 2010

Un grupo de ocho ex legionarios encabezado por José Barba Martín, exigieron que El Vaticano obligue a los dirigentes de los Legionarios de Cristo que dejen de pedir perdón, y mejor que reparen los daños causados a las víctimas de Marcial Maciel.

Durante la reunión con el visitador Ricardo Watty, obispo de Tepic, los ex legionarios entregaron al prelado un documento dirigido a la Santa Sede, con atención al Cardenal Tarcisio Bertone, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y responsable de las visitaciones apostólicas a la legión, en el que plantean siete peticiones.

Entre ellas, que conmine a los dirigentes de la congregación “a dejar de fingir arrepentimiento teatral” y a pedir públicamente disculpas a los miembros de este grupo y a todos los ex legionarios acusados injustamente.

Además, a desdecirse de sus acusaciones y a reconocer la comisión de su injusticia y de sus ofensas.

El documento fue firmado por los ex legionarios José Antonio y Fernando Pérez Olvera, Alejandro Espinoza Alcalá, Francisco González Parga, Saúl Barrales, Marita Lapalma --ex integrante de la congregación de Mujeres Consagradas perteneciente a la Legión-- y Arturo Jurado Guzmán, también representante jurídico.

El grupo exige que la cúpula de la congregación aclare ante la opinión pública la falsificación de firmas del obispo Polidoro Van Vlieberghe, que Maciel hizo para darle credibilidad a un par de cartas que utilizó para desacreditar la primer denuncia pública que los ex legionarios hicieran en 1996.

Así también, que los ex legionarios Luis González Limón, Armando Arias Sánchez, Valente Velázquez Camarena y Miguel Díaz Rivera, testigos que Marciel uso para descalificar la misma acusación, se retracten.

“Que la Iglesia favorezca la formación de un equipo de expertos para evaluar debidamente los daños mencionados ocasionados por la institución de la Legión de Cristo contra nosotros y contra sus diferentes víctimas”, señalan al mismo tiempo.

En la séptima petición, que los ex legionarios escribieron en letras mayúsculas, demandan al Vaticano “que nunca más la Iglesia interfiera con nuestros derechos y que por ello no vuelva a conminarnos bajo ningún modo al silencio limitando nuestra libertad de expresión veraz y pública”.

Teniendo en cuenta que el fundador que aspiraba a santo se hizo un mausoleo en Roma, Italia, valorado en 50 millones de euros, no es de extrañar que la cuenta que con tanta previsión abrió Maciel en un paraíso fiscal -con secreto bancario- ascienda a varios millones de dólares.

De cualquier modo, exceptuando aquellos de los cuales estuvo abusando sexualmente, Marcial Maciel no dejó a todos sus hijos en el más absoluto desamparo. Norma y José, dos de los seis presuntos hijos de Marcial Maciel que se le conocen hasta el día de hoy (es posible que haya muchos más) heredaron un fideicomiso que se encuentra en una cuenta en Las Bahamas de Cititrust Limited, como lo dio a conocer el diario “El Mundo” en un reportaje que revela cómo fue la vida de los hijos que Maciel dejó, quienes se enteraron de su padre por medio de una publicación en una revista en 1997. Teniendo en cuenta que el fundador que aspiraba a santo se hizo un mausoleo en Roma, Italia, valorado en 50 millones de euros, no es de extrañar que la cuenta que con tanta previsión abrió Maciel en un paraíso fiscal -con secreto bancario- ascienda a varios millones de dólares. De acuerdo con “El Mundo”, Marcial Maciel registró el dinero con una de las tres o cuatro identidades falsas que manejaba. Después de su muerte su muerte, a finales de enero de 2008, los documentos quedaron en poder de la Legión. A sus hijos en México, originarios del estado de Morelos, los registró con el apellido González, de su identidad Jaime Alberto González.

El hecho de que Marcial Maciel haya creado fideicomisos con cuentas multimillonarias a nombre suyo desviando enormes cantidades de dinero de la organización que él mismo fundó hacia sus propios bolsillos demuestra que dicha organización desde el principio fue una organización creada con fines de lucro, el lucro personal de su propio fundador. Al ser una organización fundada con fines de lucro, esto la descalificaba para obtener y gozar de los beneficios de exención fiscal de los cuales gozó y sigue gozando inmerecidamente en varios de los países en los que ha estado operando. El desvío de fondos multimillonarios de la organización hacia las cuentas secretas creadas por Marcial Maciel comprueba también otra cosa: el fundador necesariamente tuvo a su disposición en torno suyo una red de cómplices que lo estuvieron encubriendo a sabiendas de lo que estaba haciendo sin que a esos cómplices se les haya aplicado hasta la fecha castigo o reprimenda alguna, porque no es posible extraer semejantes cantidades de dinero sin que nadie se haya dado cuenta; al menos el contador encargado de llevar los libros de contabilidad se debió de haber dado cuenta de ello porque todos los movimientos de fuertes sumas de dinero dejan registro en los libros, y además del contador debió de haber otros que se hacían de la vista gorda ante estos desvíos.

Si bien los Legendarios pusieron el grito en el cielo a causa de la indemnización de 26 millones de dólares que les estaba reclamando uno de los hijos de Marcial Maciel, en realidad esta suma debería haber sido para los Legendarios una bicoca considerando que de acuerdo a estimaciones independientes se cree que la fortuna acumulada por los Legendarios asciende a unos 36 mil millones de dólares , de modo tal que quitarles 26 millones de dólares sería tanto como “quitarle un pelo a un gato”, según lo documenta la siguiente entrevista:

La Legión de Cristo, afectada por Maciel
Antonio Cerda Ardura
Revista Siempre!
14 de marzo del 2010

En las últimas semanas tomó nuevo aliento el caso de Marcial Maciel, el fallecido padre católico michoacano, ex protegido del Papa Juan Pablo II, y fundador de la congregación de la Legión de Cristo, que cuenta con más de 800 sacerdotes, 2 mil 500 seminaristas y casas establecidas en 22 países. Al cúmulo de violaciones a jóvenes religiosos que cometió Maciel, se suman ahora las acusaciones de una mujer más, que dice ser su viuda, con tres hijos (que también fueron abusados sexualmente por este abominable hombre), quien exige a los legionarios una indemnización por 26 millones de dólares. Si bien, no todos los legionarios llevan a cabo las sucias prácticas de su antiguo líder, sobre la congregación pende el estigma de ser un semillero de pervertidos, a pesar de que en repetidas ocasiones han pedido perdón a las víctimas del monstruoso clérigo. Entrevistado por Siempre!, el profesor Elio Masferrer Kan, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), especialista en cuestiones religiosas, señala los motivos que mantienen en entredicho a la Legión de Cristo, e indica que el mayor problema es que Maciel hizo escuela. También afirma que la única consistencia de Maciel con la Iglesia católica, fue su negativa a usar condones, y que, desde Roma, el actual Papa les cobra a los legionarios la factura de que su mentor haya apoyado a otro candidato al Trono de San Pedro.

Cumplidor, pero no tanto

ACA: Ni con su muerte termina la historia del padre Maciel. ¿Cómo ve la continuación del caso?

EMK: Hasta ahora sabemos que el señor Maciel tenía dos esposas, lo cual me parece interesante, porque, en este momento, la sociedad mexicana discute sobre cómo debe ser la familia. El cardenal Norberto Rivera dice que la familia se integra de papá, mamá y los hijos o hijas. Y aquí tenemos que Maciel era papá, pero había dos mamás, o quizás más, porque hay versiones de que pueden ser cinco, y “ene” cantidad de hijos. Como padre, parece que Maciel fue más o menos cumplidor, pero no tanto. En el marco de los abusos sexuales de religiosos, esto se suma al debate.

Y esto también, me recuerda aquella ocasión, en 1997, cuando el cardenal Rivera tuvo la audacia de preguntarle a otro periodista, Salvador Guerrero Chiprés, que tenía la fuente religiosa en La Jornada: “¿Cuánto te pagaron para sacar la nota sobre el caso Maciel?”. Y Guerrero le contestó: “¿Cuánto le pagaron a usted para decir que a mí me pagaron?”. Con eso, Norberto quiso poner, una vez más, a todo el gremio, en entredicho, cuando aquel reportaje de 1997 se queda hoy en un juego de niños.

En definitiva, la muerte de Maciel no resuelve nada, porque estamos hablando de instituciones, no de personas. Y, además, todos sabemos que alguien que es abusado, a su vez, abusa. Esto lo digo porque Maciel tenía sus discípulos, no sólo religiosos, sino también abusadores. Y en este momento hay fuertes denuncias contra altas jerarquías de la Legión de Cristo.

ACA: Esto tiene años en investigación.

EMK: Cuando el promotor de Justicia de la Doctrina de la Fe, Charles Scicluna, vino a México a investigar, en 2005, se llevó denuncias no sólo sobre abusos cometidos por Maciel, sino por otras personas de la Legión, en casos más contemporáneos. Digamos que dejó a toda la congregación en entredicho.

Cuadros de la jerarquía de la institución están en entredicho. Y el problema es que el discipulado fue formado en ese contexto: todos estos seminaristas y sacerdotes. Así que la institución está cuestionada. Sin embargo, hay cálculos que la Legión de Cristo tiene un capital de 20 mil millones de euros, o sea, unos de 36 mil millones de dólares, y se dice que es la principal contribuyente al mantenimiento del Vaticano. Esta situación le ha dado a la Legión la posición de poder discutir con ese Estado, de tú a tú. “Como yo pongo el dinero, tú te disciplinas”.

Fácilmente podrían dar indemnizaciones a la gente que fue abusada y que demanda un resarcimiento económico.

¡No! Los legionarios no van a indemnizar a nadie. ¡Ellos quieren para sí todo el dinero! Así que dicen: “Bueno, Maciel cometió tantos abusos... Pero otros jerarcas también los pueden haber cometido. Si nos ponemos a pagar, no acabamos. ¡No pagamos!”. Así de sencillo. No obstante, una indemnización económica por los abusos sexuales es algo que estaría dentro de lo que podríamos denominar, los escenarios.

En términos jurídicos, hay dos tipos de delitos: los que se persiguen de oficio, sin que haya de por medio una denuncia, porque son ofensas contra la sociedad, como el asesinato de una persona, y los que se persiguen por querella, o a pedido de la parte ofendida. En este caso se amerita una denuncia y la parte ofendida puede otorgar el perdón al ofensor. Pero, generalmente, cuando da el perdón, hay alguna negociación que puede ser de muchos tipos, incluida, por supuesto, la económica. En esa perspectiva, cito un dato que se olvida: un sacerdote, el padre Antonio Roqueñí Ornelas, que ya falleció y que fue un hombre muy serio, como juez eclesiástico dijo alguna vez a la prensa que él había visto acuerdos extrajudiciales sobre abusos sexuales. Nunca citó cifras, pero refirió que habían sido muy cuantiosas. De manera que parece un acto de cinismo que la jerarquía católica ahora lamente: “¡Qué barbaridad, quieren dinero!”, cuando ellos están conscientes de que muchas veces han pagado dinero en Irlanda, Estados Unidos, y en todas partes. ¡Es una forma de agredir a las víctimas!

Paraísos fiscales

ACA: La Legión de Cristo dice que la viuda de Maciel exigió dinero para quedarse callada.

EMK: En términos judiciales el señor Maciel o era el dueño de la Legión o trabajaba para la Legión. Existe también la idea de que los religiosos tienen fuero. Las asociaciones religiosas, como lo es la Legión de Cristo, son una figura jurídica en México. De manera que tendría que informar a Hacienda de sus movimientos financieros. No paga impuestos, pero tiene que informar sus movimientos financieros. Se habla aquí, con toda alegría, de depósitos en fideicomisos en las Islas Bahamas, que son paraísos fiscales, pero no pasa nada. Si usted o yo tuviéramos dinero en las Bahamas o en las Islas Caimanes, nos investigarían y nos podrían meter presos por evasión fiscal. A la madre de la señora Gloria Trevi, por ejemplo, la trajeron deportada, desde Panamá, por una evasión fiscal de 20 millones de pesos mexicanos. ¿Por qué Hacienda no investiga los fideicomisos de la Legión en paraísos fiscales? ¡Ese dinero está saliendo de México!

ACA: Debe existir cierta protección. ¿Qué le dice el perdón que ha pedido la Legión a las víctimas del padre Maciel?

EMK: ¡Eso no es serio! Recuerde que Juan Manuel Fernández Amenábar, quien fue rector de la Universidad Anáhuac del Norte, denunció que Maciel abusó de él. Cuando este sacerdote se estaba muriendo, le pidió al padre Alberto Athié que hiciera la denuncia. La respuesta de la Legión es que el nombre de Fernández Amenábar fue borrado de todas las placas y expedientes en la Anáhuac. Así que si en verdad se quiere pedir perdón a las víctimas, tendrían que erigir un monumento a Fernández Amenábar en la Universidad Anáhuac del Norte, llamar a sus familiares y ofrecerles disculpas. Eso es cuando se habla en serio. Otro ejemplo: uno de los ex legionarios, que vive en Estados Unidos, tenía una página de atención a sus ex compañeros en Internet. La Legión los obligó a cerrarla planteando que estaban calumniando.

ACA: Comenzaron a llegar denuncias.

EMK: Así es. Y en Estados Unidos un juicio sale muy caro. La Legión tiene todo el dinero del mundo y estos ex legionarios tuvieron que doblar manos y cerrar su página. Si la Legión hablara en serio, les ofrecería disculpas a estas personas y les pagaría el dinero que les obligó a gastar en su defensa judicial. Los acusaban, de calumniar a la Legión. ¡Por favor! ¡La Legión se calumnia sola!

La ejecución del Güicho

ACA: Mediando aquí dos cosas, poder y dinero, ¿significa que, al final, los abusadores de la Legión quedarán impunes?

EMK: Por supuesto. Le relato una historia. En 1983, en el Instituto Cumbres hubo otro escándalo de pederastia. Hubo un fallo judicial que involucró al director, Eduardo Lucatero, y al subjefe de prefectos, un sujeto conocido como El Güicho. El tal Güicho fue a dar a la cárcel, pero no salió vivo. La información que tengo es que lo mandaron matar. Lo asesinaron en prisión. A un ex alumno del instituto le pregunté que si, en su opinión, algún padre de los niños abusados lo habría mandado ejecutar. Por su parte, Lucatero, que era sacerdote, fue condenado, pero nunca pisó la cárcel. Lo encubrieron. ¡Actualmente hay una persona, con el mismo nombre y apellido, que está en la prelatura de Chetumal, Quintana Roo! Curiosamente es de los pocos prelados que en el listado de sacerdotes, la lista oficial, no tiene el apellido materno. Es decir, existe el patrón de estar cambiando de lugar a los sacerdotes abusadores.

Lo rotaron, como a los policías delincuentes. Y no aparece el apellido materno de este señor en la lista de sacerdotes que emitió el Episcopado Mexicano el año pasado. Eso es muy raro en México. Todo el mundo usa los apellidos paterno y materno.

Poseído por el diablo

ACA: Entonces, seguro no pasará nada con la Legión.

EMK: Le van a hacer un llamado de atención, etcétera. Pero van a decir: “Bueno, la culpa de todo la tenía Maciel, que estaba endemoniado”. El periódico El Mundo sacó recientemente una nota del último día de Maciel y, evidentemente, por el tipo de información, uno tiene la certidumbre de que es cierto que por ahí va la cosa (según la publicación, al momento de la muerte del clérigo, el 30 de enero de 2008, ante la plana mayor de los legionarios, un exorcista concluyó que Maciel era víctima de “posesión demoniaca”). El Mundo fue el que dio a conocer que Maciel tenía una amante de 16 años, cuando él tenía 68. ¡Eso no es una amante, es un abuso!

ACA: Era una menor de edad.

EMK: Y había sido dada en custodia a los legionarios para que la protegieran. La terminaron protegiendo, ¡embarazándola! ¡Lo único consistente de Maciel con respecto a la Iglesia católica, es que no usaba condones!

ACA: ¿Quién, en el Vaticano, estaría interesado en que la Legión de Cristo pierda poder, cuando tenía toda la protección del Papa Juan Pablo II?

EMK: Ahí le van dos anécdotas. Una es que poco después del alzamiento zapatista en Chiapas, Norberto Rivera fue ungido como cardenal. El festejo se hizo en Roma, en la casa de los legionarios. Todo el mundo sabe que la campaña de Norberto para ser cardenal fue respaldada por la Legión. Es decir, de alguna manera, Norberto es un activo de la Legión de Cristo. En esa reunión, charlaban Maciel, un alto funcionario del Estado mexicano y otros dignatarios. A espaldas de ellos, estaban varios periodistas, que escucharon cuando Maciel señaló: “Yo le dije al licenciado Salinas que hay que exterminar a los zapatistas”. El alto funcionario del gobierno mexicano, se dio vuelta y espetó a los periodistas: “¡De esto no se publica nada!”. Uno de esos periodistas, que estaba molesto, replicó: “Que un político mande matar gente, está dentro del estilo. Pero un sacerdote, un hombre de Dios, que tendría que buscar el perdón, la reconciliación…”.

ACA: ¡Que aconseje exterminarlos!

EMK: ¡Igual que Fidel Velázquez! ¿Se acuerda que dijo: “Hay que exterminarlos”? Por eso le pusieron el Terminator (Exterminador). Bueno, también lo dijo Maciel. La otra historia es más simpática. Cuando fue un grupo de obispos mexicanos a una entrevista ad limina con el Papa (una visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a “los umbrales de San Pedro y San Pablo”), ¿quién cree que estaba revisando libros y leyendo periódicos, sentado como en su casa, en la biblioteca personal del pontífice?

ACA: Sin duda, Marcial Maciel.

EMK: Que era una forma de decirles: “Miren maestros, estoy totalmente apoyado por el Papa. Además, aquí no entra ningún hijo de vecino. Ustedes vienen, entran, saludan al Papa y se van. Y yo estoy acá, como en mi casa”. Y, además, el Papa lo había traído en sus viajes a México. Venía con Maciel en el avión.

Por otra parte, ¿quién es ahora el principal interesado en golpear a Maciel y controlar a la Legión? Muy fácil: es el señor Joseph Ratzinger. Mal apostador.

ACA: ¿Por qué?

EMK: Maciel apostó mal en la sucesión papal. Eso nadie lo ha dicho. El candidato de Maciel era monseñor Angelo Sodano, el ex secretario de Estado. Girolamo Prigione y Leonardo Sandri eran gente de Sodano.

ACA: Estuvieron en México como nuncios.

EMK: Sí. Y creo que no podemos ser tan ingenuos para no saber el motivo de la investigación que ordenó hacer Ratzinger, como presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, contra Maciel, aún estando vivo Juan Pablo II. ¡Era un golpe a Sodano! Maciel estaba respaldando a Sodano y le estaba dando dinero a Sodano para hacer su campaña. Así que Ratzinger dijo: “Bueno. Marcial, te estás metiendo en las ligas mayores. Una cosa es que andes por ahí, pero otra que te creas que eres el dueño. ¡Ahí te va!”.

El Papa les está cobrando la factura a los legionarios. Más bien, se las está cobrando desde hace tiempo. Desde que les reactivó el expediente, como suele suceder en la política mexicana. Hay una judicialización de la política. Te quiero quitar de encima porque ya estás muy molesto, pues te hago una averiguación previa.

ACA: ¿Qué futuro le ve a la Legión? ¿Va a acabar disminuida?

EMK: Sí, pero la parte financiera se las van a controlar. Toda la parte económica de la Legión la maneja un sacerdote legionario de la familia Sada, de Monterrey. Este señor administra 36 mil millones de dólares. Puede hacer negocios con Slim, con Bill Gates, con quien quiera… Mientras cuenten con dinero, de alguna forma no terminan a la Legión. Por supuesto que no.

ACA: ¿Y qué hay de los pederastas?

EMK: En el caso del escándalo de Estados Unidos, obligaron a renunciar al cardenal Bernard Francis Law, en Boston. Ahora está ascendido en Roma, en la basílica más importante, la de Santa María la Mayor. En Irlanda tuvieron que irse cuatro o cinco obispos, ¡pero hubo 35 mil abusos! Han gastado más de mil millones de euros en pagar a los abusados y se calcula que van a tener que pagar, por lo menos, mil 800 millones. En ese contexto, los 26 millones dólares que piden los hijos de Maciel, ¡es una bicoca! En Estados Unidos, sólo la diócesis de Los Angeles tuvo que pagar 600 millones de dólares. Y hay en ese país nueve diócesis en bancarrota, más 12 mil denuncias de abusos. ¡Pues son nada! La Iglesia pide perdón, pero todo ahí queda. Así que no hay que dejarse llevar por el entusiasmo. Hace una semana, apareció un sacerdote en España ofreciendo por Internet la venta de servicios sexuales. Y salía la foto del personaje semiencuerado. ¿Y qué pasó? ¡No pasó nada!

ACA: Vamos a seguir con esta historia de impunidades.

EMK: Quédese tranquilo. Probablemente dentro de uno, dos años o seis meses me vuelve a entrevistar, y tendremos macielitos, macielotes, etcétera.

El último comentario de Elio Masferrer Kan requiere una reflexión profunda, porque Marcial Maciel también fundó instituciones educativas para niños y niñas en varias partes del país, los Institutos Cumbres. A continuación tenemos una fotografía del alumnado de uno de dichos institutos (Spectator se reserva los nombres de todos los que aparecen en la fotografía así como la ubicación geográfica del Instituto en cuestión):





En la fotografía podemos ver precisamente la materia prima entre la cual el diabólico Marcial Maciel podía seleccionar para tomar a su antojo y hacer lo que quisiera dando rienda suelta a sus instintos bestiales. ¿Qué padre de familia tendría las agallas para poner en tela de duda la integridad del fundador de los institutos? “Niños tan bonitos, tan dulces, tan encantadores, tan inocentes, tan confiados, tan indefensos, tan tiernos...”

¡Un momento!

¿Para qué exactamente fundó Marcial Maciel los Institutos Cumbres?

La dura pregunta tiene que ser contestada, porque si bien Marcial Maciel es ya un cadáver en avanzado proceso de putrefacción que no puede hacerle daño a nadie, se presume que muchos de los que moldeó a su imagen y semejanza, los “macielitos” y los “macielotes”, son precisamente los que hoy manejan los Institutos Cumbres. ¿A qué riesgos y peligros está exponiendo un padre de familia a sus hijos e hijas al meterlos en un Instituto Cumbres? ¿Puede estar completa y absolutamente seguro de que no se repitirá la misma trágica historia en su propia progenie? Si el padre de familia de un niño que termine siendo abusado sexualmente por un “macielito” o un “macielote” cree que su hijo ya de grande le estará muy agradecido por haberlo enrolado en uno de los Institutos Cumbres, le espera una gran sorpresa.

No es posible soslayar las consecuencias nefastas del enorme poderío ejercido por una organización fundada por un criminal tan hipócrita y tan amoral como Marcial Maciel que al igual que otras organizaciones de derecha ultraconservadora y extrema derecha de corte fascista que operan en México han estado haciendo prácticamente todo lo que se les ha venido en gana sin que haya nadie capaz de detenerlos, tejiendo redes de complicidades con las cuales estos grupos se han estado protegiendo entre sí y han estado operando a través de universidades privadas que los han convertido en archimillonarios permitiéndoles acallar o inclusive matar exitosamente en plena impunidad a todo aquél que se atreva a ponerlos al descubierto, como podemos verlo en el siguiente editorial.

Que los perdone Ciro
Raymundo Riva Palacio
4 de marzo del 2010

En 1997, novel aún CNI Canal 40, una acalorada discusión editorial intramuros concluyó con la decisión de transmitir un programa especial sobre la pederastia del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. Un mes duró la preparación de un programa, durante el cual las fuerzas políticas más inimaginables se unieron para presionar, amagar y amenazar al entonces propietario del canal, Javier Moreno Valle, para que no lo difundiera. Miembros del gabinete del presidente Ernesto Zedillo, capitanes de la industria y hasta jerarcas de la Iglesia católica no dudaron en ensuciarse las manos para defender a Maciel, protegido del papa Juan Pablo II, con lo que se escribió uno de los episodios más vergonzosos contra la libertad de expresión en el México de la transición democrática.

Maciel era un hombre muy poderoso en México. Fundó los Legionarios de Cristo en 1941 y durante décadas construyó un mito, erigió escuelas, universidades, compró publicaciones, y desde la Vía Aurelia, una de las calles más viejas de Roma, levantó una orden que hoy tiene a 800 sacerdotes repartidos en 22 países, con una membresía calculada en 70 mil personas. Por las aulas de sus instituciones de educación media y superior pasaron los hijos de los más acaudalados y poderosos mexicanos, quienes como en el circo romano el César, tenían la capacidad de matar o perdonar. Bajo esa cultura, la sola idea del reportaje sobre Maciel desató su furia.

Lo que preparaba el equipo editorial encabezado en ese entonces por el periodista Ciro Gómez Leyva, hoy la figura más prominente del Grupo Milenio, no era un hallazgo. En New Haven, Connecticut, empezó a revelarse la historia negra de Maciel. Molestos los grupos económicos dominantes en la región por la compra las publicaciones católicas estadounidenses The National Catholic Reporter y Twin Circle en 1995, alentaron los rumores de antiguos alumnos del noviciado sobre la pederastia de su fundador, que se convirtieron en un reportaje de primera plana del periódico Hartford Courant en febrero de 1997. Poco después La Jornada publicó los testimonios de los sacerdotes y ex religiosos que habían denunciado al diario estadounidense los abusos sexuales contra ellos cometidos por el padre Maciel.

Nada extraordinario había sucedido con La Jornada. En mayo, dos meses después de la denuncia original, CNI Canal 40 difundió un programa donde varios de los mismos denunciantes aparecieron por primera vez ante una pantalla de televisión para contar su experiencia. La decisión de ponerlo al aire culminó una ola de presiones. En la víspera de la transmisión, el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Carlos Ruiz Sacristán, le pidió que no lo pasara, porque habría represalias y podría ser acusado de difamación. Antes, en la misma lógica supresora, el entonces rector de la Universidad Iberoamericana, Enrique González Torres, había advertido que “iban a creer que los jesuitas estaban detrás de eso”. A cuatro horas de que saliera al aire el programa, el superpoderoso secretario particular del entonces presidente Zedillo, Liébano Sáenz, le dijo a Moreno Valle que por el bien del país no lo transmitiera.

Había amenazas directas de dos empresarios, Roberto Servitje, de Bimbo, y Alfonso Romo, metido en ese entonces en cigarreras y en la bolsa, que si se transmitía el programa, habría un boicot publicitario, por lo que Moreno Valle tuvo una reunión con Gómez Leyva y con su segundo de a bordo, Marcial Ortiz, para decidir qué hacer. La decisión fue seguir adelante con el plan y la venganza fue devastadora: en cuestión de horas, tras la difusión del programa, se cancelaron contratos de publicidad por cuatro millones de pesos. Encabezados por Servitje y Romo, el sector privado realizó el boicot publicitario más agresivo desde que en 1972 hicieron lo mismo con Excélsior, en ese entonces dirigido por Julio Scherer. Excélsior, que tenía 54 años de vida, fue rescatado por el presidente Luis Echeverría; en el Canal 40, que acababa de nacer, Zedillo avaló el boicot. Si Echeverría le salvó la vida a Excélsior, Zedillo contribuyó a que se ahogara al Canal 40, que nunca pudo revertir los efectos del boicot hasta que cambió de dueño.

Desde el primer momento de la denuncia, los Legionarios de Cristo negaron todas las afirmaciones. Maciel dijo que eran “conspiradores” que querían minar su liderazgo. El silencio fue total. Sólo dos periodistas denunciaron lo que había pasado, pero el sol ya no se podía tapar. Casos de pederastia en Estados Unidos sin vinculación a Maciel, volvieron a ponerlo bajo los reflectores del escándalo, y Juan Pablo II ya no pudo seguir defendiéndolo. El cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, lo investigó y cuando asumió la silla de Pedro, lo forzó a retirarse del ministerio público.

Marcial Maciel murió a principios de 2008 a los 87 años, y hubo quienes pretendían su canonización, pero la historia siguió abriéndose. Apareció una hija hace tiempo, lo cual comenzó a cimbrar a la congregación. Luego vino una denuncia por 26 millones de dólares de otro hijo de Maciel –que los Legionarios ubican como extorsión–. Después llegaron informes a los Legionarios de Cristo de otros supuestos cinco hijos y de dinero que utilizó para su beneficio particular, que tienen partido a los Legionarios.

Hoy viven una convulsión interna agravada por reportes de prensa donde se están ventilando nuevos episodios siniestros de su historia secreta. Hay un sector de los Legionarios que está pidiendo internamente cuentas a los financieros de la congregación, exigiendo que les expliquen el porqué nunca les dijeron nada, porque no les creen que estuvieran ajenos a los malos pasos de Maciel. Los empresarios no han hablado. Al contrario, están tratando de lavar su culpa. El caso más claro es Romo, soporte financiero de la publicación electrónica Reporte Índigo, cuyo director –Ramón Alberto Garza– que ahora flagela a Maciel, nunca quiso oír nada malo en contra de los Legionarios cuando dirigía Reforma. ¿Dónde están aquellos que asesinaron a CNI Canal 40 por un acto de fe? Escondidos, ciertamente. Pero deberían estar avergonzados de sus actos, dispuestos a rectificar la represión cometida, rendir cuentas sobre aquella conspiración del poder y cuando menos, ya que nada es reversible, decirle a Ciro, como cabeza editorial de aquél grupo: usted disculpe.

El siguiente cartón resulta apropiado a la lectura que acabamos de llevar a cabo:




Título: Así no se puede
Cartonista: Hernández
Fuente: LA JORNADA


Un común denominador de todas estas organizaciones infernales es que cuando todas sus porquerías empiezan a salir a la luz, cuando se encuentran acorralados entre la espada y la pared sin margen de maniobra, la mayoría de estos poderosos grupos de ultraderecha no vacilan un solo momento en recurrir a su argumento favorito acusando a sus acusadores de ser “judíos, masones y comunistas” al servicio de la mítica “gran conspiración judía masónica comunista”, esa fábula criminal inventada primero por los agentes de la policía secreta Ochrana del Zar Nicolás II para tener un pretexo para reprimir brutalmente a los rusos que estaban hartos ya de la forma en la que el Zar estaba conduciendo los destinos del país, reinventada por Hitler para justificar su invasión de Europa y sus megalómanos sueños de convertirse en emperador mundial, y reinventada nuevamente por los neo-Nazis del orbe para sus propios fines particulares al igual que como lo han hecho sus siniestros predecesores. De este modo, haciéndose las víctimas, intentan cínicamente en convertir a sus acusadores en victimarios obligándolos a tener que gastar tiempo y saliva en estarles desmintiendo la excusa favorita tras la cual se escudan estos sinvergüenzas, como podemos verlo en una “Carta abierta a los legionarios de Cristo” firmada en Roma el 12 de diciembre del 2009 en donde se dice textualmente:

“Los que escribimos estas líneas no somos ni masones ni jesuitas ni marxistas ni judíos, ni miembros del Opus Dei, ni todas esas fuerzas que el P. Marcial Maciel presentaba como enemigos suyos y de la Legión de Cristo. Somos hermanos tuyos que queremos apoyarte y que creemos que es necesario vivir en el bien y en la verdad”

El 25 de marzo del 2010, ¡POR FIN!, los Legendarios de Maciel reconocieron públicamente algunos (no todos) de los errores y perversiones en los que incurrió el fundador de la orden al que dejaron de referirse como “Padre” (irónico porque ahora su paternidad como padre biológico no está ya puesta en tela de duda), pidiendo perdón y lamentando mucho lo ocurrido, aunque eso sí, sin ofrecerle un solo de centavo de reparación a las numerosas víctimas del degenerado pederasta. Y para colmo, el arrepentimiento tardío parece haber sido más un resultado del músculo aplicado directamente desde el Vaticano hacia la orden -en un momento en el que la Santa Sede está tratando de dejar atrás todo este estiercolero y al poco tiempo de haberse publicado el 20 de marzo del 2010 una carta del Papa a los feligreses en Irlanda ofreciendo disculpas por las barbaridades que cometieron en ese país católico en contra de cientos de niños irlandeses los “Marcial Macieles” de dicho país- que el acto espontáneo de quienes estuvieron encubriendo al fundador hasta el día de su festinada muerte. El histórico comunicado fue firmado por los Legendarios Alvaro Corcuera, Luis Garza, Francisco Mateos, Michael Ryan, Joseph Burtka, Evaristo Sada, José Cárdenas, José Manuel Otaolaurruchi, Manuel Aromir, Rodolfo Mayagoitia, Leonardo Núñez, Scott Reilly, Julio Martí, Jesús María Delgado, Jacobo Muñoz y Silvester Heereman.

Para quienes deben ser verdaderos cristianos y católicos no de palabra y de pose teatral sino por convicción genuina y de fé (a Spectator le consta que estas personas sí existen), y que pese a todos estos escándalos y revelaciones siguen firmes en su fidelidad y lealtad al Señor Jesús y sus enseñanzas milenarias, está ha de haber sido una prueba durísima de su fé, tal vez una de las pruebas más duras a las que pudieran ser sometidos en su paso por este mundo; no puede haber prueba más dura que ésta.

El siguiente editorial resume bien el sentir de todos los que han quedado impactados y conmocionados por los hechos en torno a la orden que de facto ha quedado marcada para la posteridad por el historial negro de su fundador:

Las legiones satánicas
Andrés Pascoe Rippey
LA CRONICA
27 de marzo del 2010

Es el mismo fenómeno que tan claramente observé en los pinochetistas. Primero, el líder es puro como la nieve recién caída y las críticas y acusaciones son producto de la maldad y la envidia. Son los enemigos que, siniestros, difaman a un gran hombre, uno que todo lo que ha hecho ha sido por ayudar. Un sacrificado, uno que puso su sudor por los demás. ¡Pobre hombre –dicen–, que es acusado infamemente por mentes perversas! Jamás haría nada de lo que dicen. Salvó a miles.

No sólo se trata de proteger al líder, sino cuidar su obra y legado. Se trata de proteger a todos aquellos que bajo su ala prosperaron y se enriquecieron, se hicieron poderosos. Ellos y ellas saben que la caída en desgracia de su general implica su propia vergüenza, y por eso la defensa es descarnada. Es furibunda y hasta cruel: aquellos que acusan haber sufrido abusos son cobardes, viles cerdos que merecen ser escupidos. Mentirosos con una agenda oculta.

Sin embargo, conforme las acusaciones se van generalizando, los pilares de la defensa empiezan a desmoronarse. Entonces se radicalizan, como una rata arrinconada. Los insultos contra los críticos se vuelven amenazas. Pero es parte de una pantomima otoñal; es el principio del fin y lo saben.

Eventualmente, las grietas se convierten en daño estructural y el edificio de mentiras empieza a caerse. Se admite que hay investigaciones; se infiere que pudo haber malos tratos, casos aislados quizá; el gran líder, hasta hace poco venerado –e incluso santificado– pasa a un segundo plano. Las acusaciones han encontrado asidero y su reputación ha dejado de ser una fuente de fortaleza para volverse una debilidad. Los más fanáticos se niegan a aceptarlo, pero los feligreses empiezan a buscar excusas.

Me refiero, por supuesto, a las siniestras aventuras de don Marcial Maciel y su wandering pipi. Ese hombre, que fue catalogado como un “ejemplo para la juventud” por el Papa Juan Pablo II y protegido por El Vaticano hasta su muerte, que se buscó convertirlo en santo y que supo hacerse la víctima de algún complot malvado, es para mí la cristalización de la decadencia de la Iglesia católica.

Cuando finalmente aparecieron las familias secretas de Maciel y las historias de abuso sexual se volvieron imposibles de ocultar, los Legionarios hablaron de “gran desconcierto”. Se cubrieron la cara con falsa consternación y se dieron golpes –suavecitos– de pecho. El Papa Benedicto XVI, que estaba informadísimo de todos estos abusos y acusaciones, murmuró que le parecía muy mal, pero en los hechos fue un encubridor del abuso sexual que cientos, si no miles, de niños sufrieron.

Ahora los Legionarios, después de tratar de convertir a las víctimas del abuso sexual en vulgares chantajistas, piden una disculpa. Se dicen “consternados” y, estratégicamente, depositan toda la culpa en el fundador. Si antes fue el santo, hoy es el demonio y dueño de todos los pecados. Los Legionarios olvidan mencionar en su disculpa toda la estructura de abuso infantil que se construyó en torno a Maciel y que involucró a muchos otros miembros de la congregación, incluyendo a todos aquellos que jugaron el rol de cómplices.

En el mismo tono que la carta del Papa Benedicto XVI, los Legionarios se dicen dolidos y lastimados y avergonzados, pero siguen sin hacer una verdadera contribución al esclarecimiento de la verdad y a la justicia. Más sorprendente que nada, El Vaticano anunció que sí sancionó a Maciel, invitándolo a una vida de recogimiento. A los herejes la hoguera, a los pederastas un manotazo.

Con todo, los Legionarios siguen atacando. Se creó hace poco un grupo en Facebook, “No más abuso de los Legionarios de Maciel”, que pide que se haga justicia a las víctimas y se persiga a los responsables. Es importante la demanda del grupo porque Maciel no era el único violador de los Legionarios: era el gran justificador de una lógica extendida de abuso contra menores. Maciel murió impune, pero hay muchos otros que hoy, protegidos por los Legionarios, gozan de la libertad.

El grupo ha sido inmediatamente torpedeado y anónimas fuerzas le piden a Facebook que lo cierre por “ofensivo”. El grupo no tiene insultos ni es anticatólico: simplemente pide que se investiguen los casos. Y aun así, tratan de acallarlo.

Ese es el fenómeno pinochetista y su error no es menor. Al igual que los fans del finado dictador, los Legionarios –y las autoridades del Vaticano– tienen que reflexionar sobre cómo es que la Iglesia se ha convertido en un refugio de pederastas. Los casos son demasiados como para aislarlos o negarlos. Las víctimas se cuentan por millares en todo el mundo.

Los golpes de pecho no curarán las heridas de los niños y niñas abusadas. La justicia tiene que actuar y los victimarios deben pagar ante la ley de los humanos por sus pecados terrenales.

apascoe@cronica.com.mx

Otro editorial, publicado en la edición 1743 de la revista PROCESO, también hace eco de la enorme repugnancia que ha provocó entre la comunidad mexicana y la comunidad mundial todo lo sucedido en torno a la orden:

Maciel: vocación perversa
Rodrigo Vera
Revista PROCESO
27 de marzo del 2010

Pese a la revuelta cristera y al “absolutismo religioso” en el que transcurrió su niñez, Marcial Maciel fue un niño perverso que con los años, bajo la protección de la jerarquía eclesiástica, se convertiría en el “pederasta impune más connotado del mundo católico”, quien hizo del sexo el “artefacto multifuncional” que le serviría para “recaudar dinero y lograr el poder”, escribe Alejandro Espinosa Alcalá, sobrino del fundador de la Legión de Cristo y autor del libro El ilusionista Marcial Maciel. Biografía no autorizada.

La profesión sacerdotal fue la única vía que encontró Marcial Maciel para mantener impunes sus perversiones sexuales, que empezaron a manifestarse desde que era un mozalbete y aún vivía en su natal Cotija, Michoacán, donde le decían “la niña bonita” por sus finos rasgos y sus escarceos sexuales con compañeros de juego, animales y rudos campesinos de la región.

El viernes 26, los Legionarios de Cristo por fin reconocieron de manera oficial que el fundador de esta congregación abusó sexualmente de seminaristas. Mediante un comunicado, también aceptaron que Maciel tuvo una hija con una mujer y otros dos varones con otra, y piden perdón a “todos los que han sido perjudicados, heridos o escandalizados por su reprobable actuación”.

Autor del libro El ilusionista Marcial Maciel. Biografía no autorizada, Alejandro Espinosa Alcalá, sobrino y víctima del fundador de los Legionarios de Cristo, señala que su obra se apoya en testimonios que durante años recogió del propio Maciel y de sus allegados.

Relata:

“Durante 13 años –de 1950 a 1962–, Maciel solía contarme pasajes de su vida con la intención de que yo escribiera su biografía. Él quería convertirme en una especie de evangelista suyo. Pero muy lejos de la santidad que quería aparentar, me di cuenta de que fue un gran embaucador durante toda su vida, como esos ilusionistas que hacen ver visiones irreales. Por eso le puse a mi libro El ilusionista, creo que es el término que mejor lo define”.

–Su libro revela una etapa hasta hoy desconocida de Maciel; su infancia y primera juventud –plantea el reportero.

–Efectivamente. Él siempre ocultó la etapa de su infancia. Sin embargo, llegó a revelarme algunas anécdotas de ella, que yo complementé con otros testimonios de quienes lo conocieron en esa época. Todos aseguran que Maciel era un enfant terrible por sus perversiones sexuales.

“Para mi investigación, tuve además la ventaja de que fui sobrino suyo. El padre de Marcial, don Francisco Maciel, era hermano de mi abuela paterna, doña Trinidad Maciel. También crecimos en la misma zona de Michoacán; Marcial en Cotija y yo en Chavinda”.

Autor del libro El Legionario –donde relata los abusos sexuales a que lo sometía Maciel, reseñado en el número 1373 de Proceso–, Alejandro Espinosa enfatiza que en su nuevo libro hace una amplia narración sobre cómo se fue gestando, desde la infancia, la “megalomanía” y la “desmesurada compulsión sexual” del fundador de los Legionarios de Cristo.

A raíz del reconocimiento blando sobre las iniquidades inocultables del fundador de los Legendarios, otro conocido analista nos resume el siguiente análisis sobre la confesión hecha por los Legendarios acerca de los “pecadillos” de Maciel cuando estos dejaron de llamarlo “Padre”:

Legionarios vs. Vaticano, salir del clóset
Jenaro Villamil
Agencia APRO
30 de marzo del 2010

Así como los pecados católicos no pueden convertirse en delitos, como ha pretendido hacer la jerarquía eclesiástica en el caso de los matrimonios gay o la despenalización del aborto, tampoco le resultará a la Legión de Cristo el mea culpa tardío por los delitos cometidos por su fundador, Marcial Maciel, considerándolos simples pecados que se expían con una carta o con pedir perdón a cada una de las víctimas, según lo expresado por su actual director, Álvaro Corcuera. El exceso de astucia del comunicado de los Legionarios de Cristo, difundido el pasado viernes 26, no corrige ni resuelve la impunidad que rodea la historia en torno de Maciel y al imperio que fundó con el aval, la complicidad y el encubrimiento de las autoridades de El Vaticano.

Con toda claridad lo señaló José de Jesús Barba Martín, uno de los más tenaces y lúcidos denunciantes y víctimas de Maciel, al día siguiente de conocerse el comunicado.

“No pueden decir que exclusivamente se trató de un hombre que engañó a la sociedad, que engañó a la Iglesia y que los engañó a ellos. Pudo haber engañado a unas cuantas personas, que no lo conocían de cerca. Pero ellos fueron colaboradores cercanos”, afirmó Barba Martín.

Y señaló a los 16 colaboradores más cercanos de Maciel, que actualmente tienen en sus manos el manejo del imperio de la Legión, cuyo presupuesto asciende a unos 650 millones de dólares al año, tan sólo por las colegiaturas de los 176 colegios, 15 universidades y 50 institutos de educación superior donde atienden a 132 mil alumnos en 22 países donde tienen presencia.

De acuerdo con Barba, entre las personas que estaban en el primer círculo de Maciel figuran: Álvaro Corcuera, actual director de los Legionarios; Luis Garza, el vicario general, así como los consejeros generales Michael Ryan, Joseph Burtka y Francisco Mateos, además de Evaristo Sada, secretario general, y José Cárdenas, director territorial de Chile y Argentina, entre otros.

Por mucho que hayan sacado del clóset a Maciel, los corresponsables de mantener la simulación y la complicidad difícilmente podrán librarse de las consecuencias bajo señaladas:

1) El futuro de la Legión y el pleito con Ratzinger: No es una circunstancia fortuita la que obligó a los Legionarios a asumir que Maciel abusó sexualmente de seminaristas durante varias décadas. En el fondo, hay un pleito de sobrevivencia y de poder entre el papa Joseph Ratzinger, que también conoció y calló muchos de las denuncias en contra de Maciel cuando encabezó, durante el papado de Juan Pablo II, la Congregación para la Doctrina de la Fe, y las redes empresariales, eclesiásticas y mediáticas que poseen los Legionarios.

Antes de que su papado acabe señalado por la ola de escándalos que han salido a relucir en Berlín, Irlanda, Estados Unidos y en su propio entorno cercano, Benedicto XVI ha decidido enfrentar el “pecado” de la pederastia y de los abusos sexuales, intentando una mayor centralización de la Santa Sede para eliminar los “focos rojos” que existen en esta institución milenaria.

Uno de esos “focos rojos” es, sin duda, la Legión de Cristo, un poder dentro de otro poder. Tan sólo para dar una idea de las dimensiones de la empresa que fundó Marcial Maciel basta revisar las estadísticas propias de 2009: tienen 3 mil 400 miembros, de los cuales 800 son sacerdotes distribuidos en 22 países.

A través de su “brazo laico”, conocido como Regnum Christi, y de sus 75 mil miembros distribuidos en 45 países, reciben un promedio de 100 millones de dólares de donaciones anuales y administran una serie de “misiones”, clubes juveniles, etc.

Además, poseen la Fundación Altius, que recibe ingresos propios y tiene presencia en 13 países. Encabeza 48 proyectos, incluyendo un Centro Altius Integra para atender a inmigrantes en Europa.

Las redes de la Legión de Cristo también incluyen la administración de medios de comunicación, como la estación de radio Guadalupe, en California, Estados Unidos; las revistas National Catholic Register y Faith and Family Magazine, así como la agencia de noticias Zenit, con 615 mil 386 suscriptores en 19 países.

La auditoría a las cuentas de las empresas de la Legión de Cristo es el otro ángulo de la disputa entre El Vaticano y la orden.

2) La indemnización a las víctimas y a los herederos: Hasta antes de la muerte de Maciel, el escándalo de los abusos sexuales y de su narcodependencia era la preocupación central para la Legión de Cristo. Invirtieron dinero, poder y relaciones para amedrentar a los medios que documentaron las denuncias de las primeras víctimas que desde 1997 dieron su testimonio.

Ganaron tiempo, pero no pudieron evitar que El Vaticano iniciara una investigación en torno de estas denuncias.

Desde 2008 comenzó a ventilarse que Maciel no sólo abusó de sacerdotes y seminaristas, sino también tuvo una “doble vida”.

En la prensa española, y después en los medios mexicanos, se documentó que Mon Pérre tuvo, por lo menos, tres hijos –una mujer y dos varones– y dos relaciones de carácter marital, y abusó también de sus propios vástagos, incluyendo a uno adoptado.

Raúl y Omar González Lara, dos de los hijos de Maciel, junto con su madre Blanca Estela Lara, aparecieron en una extensa entrevista con Carmen Aristegui en MVS para denunciar la relación con el fundador de los Legionarios.

La respuesta de la institución no fue ni compasiva ni caritativa. Asumieron que Marcial Maciel tuvo una “doble vida” –eufemismo para negar el encubrimiento– y acusaron a los hijos de querer extorsionarlos cobrando 26 millones de dólares.

En este terreno la Legión no ha cambiado un ápice su discurso. Cuando se trata de resarcir el daño a las víctimas o de pagarles a sus hijos la parte correspondiente de su patrimonio, han reiterado que se trata de extorsión.

Emilio Bartolomé, vocero de la Asociación de Ayuda a Afectados por las Enseñanzas del Grupo Religioso Legionario de Cristo, inscrita en España, advirtió que no basta con reconocer los “pecados” de Maciel. Sólo queda un camino: “reparar el daño a las víctimas, según las exigencias de justicia y caridad cristiana, y luego convocar a un capítulo general para refundar o desaparecer la orden”.

3) La Legión y el escándalo mediático: Las innumerables preguntas sin respuesta generarán una dinámica de nuevos escándalos mediáticos. Querer sacrificar la figura de Maciel para salvar a la institución es una operación difícil de sostener por una sencilla razón: la institución era Maciel.

El grado de personalización, de control y de tiranía que llegó a tener el sacerdote de Cotija, Michoacán, en torno de la Legión de Cristo no nos habla de “renglones torcidos” ni de la posibilidad de “dar vuelta a la página”. El renglón torcido se sigue escribiendo y Maciel no era una página más, era el libro, la doctrina y la esencia de la orden religiosa.

La dinámica mediática ha vencido a los propios intentos de censura: desde las presiones de anunciantes vinculados a la Legión que recibieron en 1997 La Jornada y CNI-Canal 40, hasta el empeño de la jerarquía mexicana por minimizar, excusar o excomulgar a quienes se atrevan a indagar más allá del guión que han escrito sobre la marcha.

El escándalo mediático ha resultado ser una medida no deseable, pero eficaz, ante el ambiente de impunidad que rodea las historias legionarias.

“Cuando los representantes de los dioses y de los césares cenan en la misma mesa, la sociedad busca la salida por otras vías. Una de ellas son los medios”, escribió Diego Pettersen Farah en El Informador, para explicar la delicada trama que se ha tejido en torno de Maciel.

La última perla del escándalo la acaba de proporcionar el obispo legionario de Cancún, Pedro Elizondo. Para este prelado, los curas pederastas, incluido Maciel, “lo hicieron por ignorancia, a lo mejor no lo sabían. En tal medida puede aplicárseles el precepto de Jesucristo: ‘perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

La justificación resulta grosera y es pólvora para otros escándalos. Si tan inocentes o ignorantes de su propio delito fueron, ¿por qué presionaron para acallar los testimonios de las víctimas? ¿Por qué ignoraron durante décadas el punto de vista de los propios abusados? ¿Por qué insiste la jerarquía católica en minimizar lo que a todas luces resulta ser un problema consustancial a las reglas de sumisión, silencio y simulación que no tiene nada qué ver con la genuina doctrina cristiana?

El verdadero escándalo mediático no es que la Legión haya decidido sacar del clóset a su fundador. Marcial Maciel no era Ricky Martin ni hubo valentía en su papel de cabeza visible de una teología a favor de los ricos, poderosos y blancos. El verdadero escándalo es tratar de reducir un problema de poder, de fe y de justicia a una pequeña temporada en el infierno.

Una semana después de que apareciera el anterior editorial, ocurrió un suceso de relevancia histórica: el Vaticano resolvió su primer caso de pederastia en la Iglesia Católica al reconocer que el Obispo de Trondheim (Noruega), Georg Muller, abusó sexualmente de una menor en la década de los 90. Luego de ser sometido a un proceso canónico, Muller fue cesado de su puesto y alejado del ministerio pastoral. El director de la sala de prensa de la Sede Apostólica, Federico Lombardi, emitió una declaración en la cual aceptó el abuso cometido por Muller, el cual se verificó a inicios de la década de 1990, aunque las autoridades eclesiásticas conocieron de él hasta el año pasado. “La cuestión fue afrontada y examinada con rapidez mediante la nunciatura (embajada del Vaticano) de Estocolmo, por mandato de la Congregación para la Doctrina de la Fe”, indicó una nota de prensa, la cual agregó que “en mayo de 2009 el obispo presentó su dimisión, la cual fue inmediatamente aceptada por el Santo Padre y en junio dejó la prelatura. Se sometió a un periodo de terapia y no desarrolló más actividades pastorales”. El caso de Muller se convertió así en el primer episodio de culpabilidad por abuso sexual contra menores de un obispo de la Iglesia Católica.

En respuesta a la pregunta ¿debe desaparecer la organización de los Legionarios de Maciel?, el hecho de que su origen mismo haya tenido la intención perversa de ocultarle sus crímenes a su fundador usando a la misma religión para encubrir los verdaderos propósitos de su fundador le quita toda legitimidad a la organización. Mantener trabajando a dicha organización es perpetuarle la memoria a un ser despreciable que no merece ser recordado, y es permitirles seguir trabajando en la impunidad a quienes no sólo le encubrieron sus iniquidades y desviaciones de índole sexual sino que también le encubrieron los enormes desfalcos que estuvo haciendo a una organización supuestamente creada sin fines de lucro. Si la misión fundamental de la Iglesia Católica es llevar el mensaje de Jesús a través de los Evangelios a los no-creyentes, ¿cómo convencer a un hindú, a un tibetano, o a un musulmán de cambiar de religión convirtiéndose al catolicismo cuando cosas como éstas están ocurriendo en organizaciones autorizadas por la misma Iglesia Católica? ¿Qué se les puede decir a aquellos para que no se fijen en tales cosas? Ni siquiera entre los mismos judíos de la actualidad, los predecesores directos del cristianismo, habría muchas razones para convertirse al catolicismo hoy habido el hecho de que no ha habido tantos rabinos o sinagogas involucrados en tantos escándalos como los que han empañado a la Iglesia Católica últimamente. Y esto sin contar con el asunto de todos aquellos católicos que desilusionados ante tanta barbaridad han optado por abandonar a la religión católica para siempre, incluídos sin lugar a dudas varios de los niños que fueron abusados sexualmente por el degenerado Marcial Maciel. Aunque la ultraderecha de corte cristero mexicano inspirada en el fascismo de España ha popularizado en su propaganda chatarra el cuento de que los más grandes enemigos de la Iglesia son todos aquellos que forman parte de la mitológica “gran conspiración judía masónica comunista” para el dominio del mundo, la realidad del asunto es que algunos de los peores enemigos que ha tenido la Iglesia Católica se encuentran dentro de la misma Iglesia Católica, entre los cuales se encuentran no sólo los inquisidores que diseñaron los crueles métodos de “confesión” que hoy podemos ver en los museos así como los sujetos intrigantes y disolutos como el Papa Alejandro VI, sino lo que hoy no pueden ser vistos más que como pseudo-sacerdotes que distan mucho de ser un ejemplo de santidad y conducta intachable.

En todo caso, la pregunta sobre la posible supervivencia de los Legendarios de Maciel ha pasado ya a ser una cuestión retórica, como nos lo comenta el siguiente editorial:

El fin de Los Legionarios de Cristo
Raymundo Riva Palacio
12 de abril del 2010

Los Legionarios de Cristo están en alerta. Saben que existen posibilidades de que El Vaticano le meta la mano a su dinero y discretamente, a espaldas de Roma, están comenzando a sacar todos los recursos de la orden. La batalla de las cúpulas millonarias de los Legionarios de Cristo ya no está en la credibilidad, perdida ante la contundencia de las acusaciones contra su fundador Marcial Maciel, ni en la eventualidad de recuperar el prestigio y el poder. Se preparan, con el dinero fuera de la orden, a reinventarse bajo otro nombre, cambiando a Maciel por Juan Pablo II.

Los Legionarios no están errados. Una investigación de El Vaticano de siete meses al fondo de las arcas de la orden fundada por Marcial Maciel en 1941, está a semanas de ser revelada. Ya no es sobre Maciel, de quien están averiguando si en efecto tiene una tercera familia en Suiza y su adicción a la morfina, sino sobre sus finanzas. Casi en el mismo periodo, la publicación independiente The National Catholic Reporter realizó una investigación periodística de cuyo primer segmento fue difundido el pasado 6 de abril donde aborda el tema.

El trabajo firmado por Jason Barry, quien en 1997 fue el coautor del primer reportaje sobre la pedofilia de Maciel en el periódico Hartford Courant, abre por primera vez la ventana sobre la forma como Maciel usó los recursos millonarios de la orden para su peculio y para sobornar a altas figuras de la curia vaticana para comprar poder. El reportaje es devastador para el círculo íntimo de Juan Pablo II y muestra como corruptos a quien durante tres lustros fue la segunda figura más poderosa de El Vaticano, Angelo Sodano, el secretario de El Vaticano, y a Stanislaw Dziwisz, quien era el responsable de las misas privadas del Papa.

El reportaje de Barry refuerza la sospecha de un número creciente de Legionarios que no creen cómo era posible que personas como el actual jefe de la orden, Álvaro Corcuera, o el segundo de Maciel durante años, Luis Garza Medina, vicario general y miembro de una de las familias cabezas del viejo Grupo Monterrey, así como los responsables de las finanzas de los Legionarios, no supieran de los abusos, tanto sexuales de Maciel a seminaristas –unos 20 desde la fundación de la orden a los 60’s–, como financieros. Maciel, de acuerdo con Legionarios que están cuestionando a sus superiores internamente, vivía como millonario, viajando en el desaparecido Concord, con Mercedes Benz a su disposición en México y Roma, y disponía de recursos para escaparse meses por Europa, sin que supieran qué estaba haciendo.

El cuestionamiento lo hicieron también los investigadores de El Vaticano, que están tratando de determinar qué han hecho con una fortuna que se estima en 34 mil millones de dólares (415 mil millones de pesos) en activos, según cálculos del semanario italiano L’espresso, y que maneja un presupuesto anual de 650 millones de dólares (7 mil 900 millones de pesos), para sus operaciones en 23 países, que sostienen a 700 sacerdotes, mil 300 seminaristas e instituciones educativas para entrenar a las más altas burguesías en esas naciones.

Las preguntas que han hecho los investigadores de El Vaticano, que entregarán un informe este mismo mes al papa Benedicto XVI, quien según el National Catholic Reporter nunca aceptó los sobornos de Maciel, fueron bien interpretadas por los Legionarios, de acuerdo con las medidas preventivas que están haciendo. Personas conectadas con algunos de los financieros más relevantes de la orden, revelaron que están sacando todo el dinero que tienen en cuentas de los Legionarios o cuentas privadas. Los Legionarios están temiendo que El Vaticano intervenga esas cuentas, aunque todavía hay considerandos legales que se analizan en Roma sobre si pueden o no quitarles el dinero por malversación de fondos y corrupción.

Las cúpulas de los Legionarios no van a esperar. Inclusive, en paralelo a dejar vacías las arcas de la orden, previendo que El Vaticano sí las intervendrá, tomaron la decisión de empezar a sepultar a Los Legionarios de Cristo, dejar que se hunda en la ignominia Marcial Maciel, a quien idolatraban y defendieron durante lustros de todas las acusaciones de pedofilia, y empezar a construir una nueva orden bajo la misma estructura operativa y jerárquica actual. Quieren volver a empezar sin los lastres del nombre de Maciel y el desprestigio universal que se sigue acumulando sobre la orden de los Legionarios, de acuerdo con la información.

Para este fin, de acuerdo con las personas que conocen de primera mano los planes, planearon utilizar la figura y el nombre de Juan Pablo II para crear la nueva congregación en torno de él, y retomar gradualmente el interrumpido camino de acumulación de capital y entrenamiento de cuadros políticos y empresariales en el mundo, bajo la nueva cara. El primero de dos reportajes que publicó esta semana el National Catholic Reporter, por inducción o coincidencia, empezó a documentar que el papado de Juan Pablo II también se empapó de corrupción.

Aunque no se ha relacionado a Juan Pablo II con los sobornos y el dinero sucio que empiezan a aparecer como una constante de Maciel y los Legionarios de Cristo para ganar poder político con su entorno íntimo, es la primera vez que la corrupción llega tan cerca de la puerta del finado Papa. Es notorio que mientras Los Legionarios sacan los recursos de las arcas de la orden y piensen en Juan Pablo II como su nuevo guía, sus más cercanos durante su papado queden identificados como corruptos. Son indicios de una guerra muy dura de sobrevivencia política, donde en un campo de batalla no visto hasta ahora luchan Benedicto XVI, los Legionarios de Cristo y el equipo de Juan Pablo II, en medio de la crisis política y moral más grave que se haya conocido en la Iglesia Católica.

Si Marcial Maciel pudo llegar tan lejos como llegó, fue porque realmente no estuvo solo, estuvo apuntalado y respaldado por gente con amplios recursos como podemos leerlo a continuación:

Aportan millonarios al imperio de Maciel
Alberto Armendáriz
Agencia REFORMA
13 de abril del 2010

Gracias a su acceso a las familias más pudientes de México y a los aportes financieros que a través de ellas obtuvo para asegurar un constante flujo de dinero hacia la cúpula del Vaticano, el Padre Marcial Maciel construyó una sólida estructura de poder que le permitió mantener oculta, casi hasta el final de sus días, una oscura doble vida de abusos sexuales, drogas, mentiras y corrupción.

“Maciel murió en un drama surrealista en el que los pedazos de su vida convergieron en una estremecedora caída”, afirmó el periodista estadounidense Jason Berry al reconstruir las bases del imperio que levantó con los Legionarios de Cristo. en un informe publicado en el semanario “National Catholic Reporter”.

El extenso artículo –cuya primera parte se publicó la semana pasada- detalla cómo Maciel sedujo a varias de las familias más ricas de Monterrey –en especial a las viudas– y cómo, con el apoyo clave del ex presidente Miguel Alemán Valdés, pudo sellar lazos con dos importantes cardenales que le garantizaron contacto directo con el papa Pío XII al principio de su carrera religiosa en México.

Según Berry, que consultó fuentes en México, Italia y Estados Unidos, tanto el Cardenal Clemente Micara, encargado entonces de la reconstrucción de Roma, como el Cardenal Nicola Canali, Gobernador del Vaticano, recibieron dinero de Maciel para sus propios proyectos, lo que le aseguró al sacerdote mexicano una audiencia con el Pontífice.

Asombrados con la capacidad de Maciel para recaudar dinero, y a pesar de las primeras acusaciones de abusos sexuales de niños, la Iglesia apoyó la construcción de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, que significa la marca de Maciel en la Santa Sede.

Los primeros fondos provenían de la aristocracia regiomontana, en especial de las familias Garza Sada, con Flora Barragán de Garza a la cabeza, que tras la muerte de su esposo financió la construcción del Instituto Cumbres en la Ciudad de México.

De acuerdo a cálculos de su hija, Flora Garza, la viuda donó unos 50 millones de dólares a la Legión. Los Garza Medina tampoco se quedaron atrás en los aportes financieros a Maciel, según contó a Berry Roberta Garza Medina, cuyo hermano mayor, Luis Garza Medina, sigue siendo vicario general de la Legión.

Indica el artículo que hoy la familia Garza está dividida.

“Cuando los hermanos Garza se reúnen como familia, usan los buenos modales para evitar discutir sobre la Legión. En la Navidad de 2009, Luis andaba con la cabeza baja y parecía deprimido”, según Roberta.

Ya en los primeros años de la Legión, Maciel era adicto a la morfina, y varios de sus seminaristas que luego se convirtieron en víctimas de sus abusos, como los académicos Juan Vaca y José Barba, lo vieron inyectarse la droga.

Una vida doble

El informe también relató cómo en los años 80, bajo el seudónimo de Raúl Rivas, Maciel mantuvo al menos dos mujeres, Blanca Lara Gutiérrez y Norma Hilda Baños, con quienes engendró tres hijos.

Ambas familias permanecieron calladas sobre su situación para asegurarse su supervivencia financiera, afirmó Berry. En 1991, Maciel hasta llevó a sus hijos mayores al Vaticano para que recibiesen la comunión del Papa Juan Pablo II.

“Presentarle sus hijos a Juan Pablo II sugiere un cinismo temerario en el comportamiento de Maciel”, apuntó Berry.
El plan del sacerdote para asegurar su legado en Roma, dice el informe, tenía como pieza clave la construcción de la Universidad Regina Apostolorum, de los Legionarios.

Con ese propósito, en los 90s Maciel buscó ganarse la simpatía del secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano, a quien le pagó desde clases de inglés hasta vacaciones, y le ofreció un sinnúmero de banquetes y fiestas.

Berry sugiere incluso que un sobrino de Sodano, Andrea Sodano, fue contratado como consultor para la construcción de la Universidad y recibió grandes sumas de dinero sin que hiciera su trabajo.

Una vez terminada la universidad, Maciel buscó por todos los medios que recibiera el status de academia pontificia.

“Para asegurarse ese reconocimiento, nuestras fuentes contaron que en 1999 la Legión ofreció un Mercedes Benz al Cardenal Pío Laghi, quien era prefecto de la Congregación para la Educación Católica”, escribió Berry, quien aclaró que tanto Laghi como su sucesor, Zenon Grocholewski, rechazaron el ofrecimiento.

En México, por regla general, las instituciones educativas de carácter privado de corte fundamentalista ultraconservador o incluso de corte netamente ultraderechista, desde las primarias y las secundarias hasta las mismas universidades, son apoyadas desde su fundación por gente adinerada y poderosa a la que lo que le sobra a manos llenas es el dinero, gente cuya fé ha sido enceguecida por el fanatismo y que está genuinamente convencida de que le está haciendo un bien a la humanidad al ayudar económicamente en la fundación de este tipo de instituciones que tras bambalinas le ocultan muchas cosas a sus poderosos patrocinadores y que en sus entrañas albergan a gente perversa con dobles intenciones que nunca muestran su verdadero rostro a sus acaudalados mecenas.


Al 5 de mayo del 2010, la personalidad de Marcial Maciel podía clasificarse como la de un desequilibrado mental, un loco, un psicópata esquizofrénico con una doble personalidad muy bien definida que tuvo conductas criminales. Y esto no es algo que esté diciendo Spectator, ni siquiera alguno de los muchos que fueron abusados sexual y emocionalmente por el degenerado Maciel. Estas son palabras textuales pronunciadas por el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, representando la nueva postura oficial de la Iglesia Católica dejándolo caer como un indeseable y pesado fardo. ¡Si tan sólo estos mismos señalamientos hubieran sido pronunciados cuando Marcial Maciel aún vivía y estaba en sus cinco sentidos! Desafortunadamente, el “hubiera” no existe.

El mismo día en que se publicaban tan duras críticas en contra del indeseable Marcial Maciel, ya convertido en “perro del mal”, aparecía publicado el siguiente editorial:

Maciel condenado: ¿y la Legión?
Plaza Pública
Miguel Angel Granados Chapa
Periódico REFORMA
5 de mayo del 2010

El Vaticano parece perplejo ante la Legión de Cristo y el movimiento Regnum Christi. No tiene ya duda sobre su fundador, Marcial Maciel, a quien condena sin ambages. Pero duda sobre el futuro de la congregación y su apéndice laico. Por lo pronto, según su comunicado del 1o. de mayo, ha sujetado a los legionarios a una intervención, que será ejercida por un delegado cuyo nombramiento quedó pendiente. Y formará una comisión que estudie las constituciones de la Congregación, así como enviará un visitador a ocuparse de los miembros consagrados del brazo laico de la Legión.

En rigor estricto, para ser consecuente con el severo juicio que ha asestado a Maciel, el Vaticano debería decretar la dispersión de los legionarios y la puesta de sus bienes y sus actividades en manos de los obispos en que se hallan aquellos y se realizan éstas. No parece lícito cohonestar los frutos surgidos de las manos envenenadas de Maciel, a quien Roma acusa ahora, en lo que sería el extremo de un proceso inquisitorial al que no se le sometió, de carecer de “auténtico sentimiento religioso”. ¿Puede una institución creada para enseñar y practicar una genuina vida religiosa mantener la tensión espiritual precisa para esa misión si la creó un farsante, un simulador, calificativos que naturalmente se desprenden de quien disfrazó su falta de “auténtico sentimiento religioso”?

El viernes y el sábado pasados, el secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, se reunió con los cinco obispos a quienes el Papa encargó hace un año visitar a la Legión de Cristo, para hablar sobre los informes presentados por cada uno de ellos al término de su encomienda. En una de las sesiones estuvo presente el Papa Benedicto XVI, y al cabo de ambas se emitió un comunicado donde se describe el trabajo de los visitadores, se dibuja el nuevo retrato de Maciel y se exponen algunas vacilantes conclusiones.

Los comportamientos del fundador de la Legión, dice oficialmente el comunicado vaticano, fueron “gravísimos y objetivamente inmorales” y “manifiestan una vida sin escrúpulos ni auténtico sentimiento religioso” para ocultar la cual el cotijense supo, “hábilmente” “crearse pretextos, ganarse la confianza, amistad y silencio de los que le rodeaban y reforzar su propio papel de fundador carismático”.

Su fingimiento no fue completo. Si bien esa manera de ser “era desconocida para gran parte de los legionarios”, el Vaticano sugiere abiertamente que en cambio otra parte estaba al tanto de la conducta de Maciel. Pero si no se atreve a enunciarlo de manera expresa, menos aún saca la consecuencia de esa suerte de complicidad o encubrimiento en que incurrieron miembros de la cúpula legionaria. En México, por ejemplo, el trato con los hijos mexicanos de Maciel incluyó entre otros nada menos que al rector de la Universidad Anáhuac, Jesús Quirce, en cuyo establecimiento cursó estudios la hija española del fundador, frutos todos de relaciones condonadas por los omisos subalternos de Maciel, que tienen ahora a su cargo la congregación, como Álvaro Corcuera o Luis Garza, de cuya remoción se habla pero a la cual no se refiere el comunicado del 1o. de mayo.

Según los visitadores, ésta no quedó indemne. La conducta de Maciel, “ha causado consecuencias serias en la vida y en la estructura de la Legión hasta el punto de que requiere un camino de profunda revisión”. Pero algo detiene al Vaticano que no da los pasos concretos para revisar la estructura legionaria. Reconoce, sí, la “necesidad de redefinir el carisma de la congregación” pero conservando “el núcleo verdadero, el de la militia Christi, que caracteriza la misión apostólica y misionera de la Iglesia”. Admite asimismo “la necesidad de revisar el ejercicio de la autoridad” y anuncia que espera a los miembros de la Legión y del Regnum Christi un “camino de purificación” en que contarán con la ayuda de la Iglesia.

Una nota positiva del comunicado es la inclusión en el análisis de cuanto ha ocurrido en la Legión, de quienes “han sido víctimas de los abusos sexuales y del sistema de poder aplicado por el fundador”. A ellos, quienes contribuyeron a develar la funesta dualidad de Maciel con sus “testimonios incontrovertibles”, dirigió el Papa, según el comunicado sabatino, “su pensamiento y su "oración”, “junto con la gratitud hacia quienes, a pesar de grandes dificultades, han tenido la valentía y la constancia para exigir la verdad”.

Si a su edad conserva buena memoria, quizá el Papa Ratzinger tenga en mente a personas concretas que perseveraron en la denuncia de los abusos de Maciel, frente a los cuales él mismo resultó encubridor. Es bien conocido que el ex legionario Juan Manuel Fernández Amenábar confió al sacerdote Alberto Athié el abuso de Maciel en su contra. Athié intentó denunciarlo ante el cardenal Norberto Rivera, quien groseramente lo desoyó. Entonces Athié elevó la mira: mediante el obispo de Coatzacoalcos, Carlos Talavera, pretendió que el propio Papa Juan Pablo II se impusiera de los hechos. Pero el cardenal Ratzinger, el Papa de hoy, impidió que la denuncia llegara al trono pontificio advirtiendo que sería inútil por el aprecio que Karol Wojtyla mantenía por Maciel, a quien llegó a exaltar como ejemplo para la juventud.

La caída tan estrepitosa del envilecido Marcial Maciel fue tan dramática que hasta aquellos empresarios afines a la derecha que lo apoyaron y beneficiaron han terminado desligándose de todo lo que tenga que ver con aquél descastado al que alguna vez creyeron un hombre encaminado hacia la santidad, entre los cuales se encuentra uno de los acaudalados benefactores de Felipe Calderón en la contienda presidencial del 2006, el dueño de la empresa Bimbo, Lorenzo Servitje. En efecto, trece años después del boicot publicitario del empresario Lorenzo Servitje al Canal 40 por denunciar los abusos sexuales de Marcial Maciel, el mismo Miguel Ángel Granados Chapa dedicó su columna Interés Público de mediados de mayo del 2010 a ese tema titulándola “¿Y don Lorenzo no tendrá nada qué decir?”. Días más tarde, el dueño de la empresa Bimbo, uno de los más generosos patrocinadores de los Legendarios, envió una carta al columnista intentando deslindarse de ese vergonzoso episodio, afirmando en su descargo: “Si en aquel entonces hubiera tenido conciencia de esta posibilidad (de apoyar a quienes se atrevieron a denunciar a Maciel), habría buscado, téngalo usted por seguro, otras formas de impedir el escándalo”. En su misiva a Granados Chapa fechada 24 de mayo del 2010, el dueño de Bimbo asienta: “En el citado artículo pregunta usted si tengo algo que decir en relación al gravísimo caso de la pederastia del P. Marcial Maciel y a la decisión que en 1997 tomó la empresa, que en ese entonces yo presidía, de cancelar la publicidad de la que se había hablado con el Canal 40, propiedad del Sr. Javier Moreno Valle. Trataré de responderle. No conocí a Maciel, nunca lo traté y no pretendí defenderlo. Cuando supe que la televisora tenía el proyecto de hacer una transmisión sobre su conducta, ante lo monstruoso de los hechos que se le atribuían, decidí no siguiéramos adelante en los planes publicitarios con el Canal 40. Sin aceptar como verdadero lo planteado, dije que no me parecía que debiera mostrarse la miseria humana con fines comerciales o de morbo. Además debo precisar que no encabecé ningún boicot contra la televisora como consecuencia de mi decisión.” Una tardía, pobre e inutil disculpa, que no lo es, y que sin embargo revela mas de lo que trata de ocultar: complicidad y conspiracion para atacar la libertad de expresion. Y aún les falta a él y a otros colegas multimillonarios suyos pedirle perdón al pueblo de México por el mal que le hicieron a la Nación al soltarle tantos recursos a un partido político infestado con gente de ultraderecha que terminó llevando al país al borde del precipicio.

La profunda sacudida ocasionada por la exposición pública de los casos de abuso infantil en que incurrieron no sólo Marcial Maciel sino otros sacerdotes católicos pederastas que abusaron de la respetabilidad que les daba la sotana para cometer toda clase de ilícitos y esconder sus desviaciones orilló al Papa Benedicto XVI a reconocer el 12 de mayo del 2010 cuando estaba en una misión pastoral en Lisboa que los verdaderos enemigos de la Iglesia no eran ni los comunistas, ni los masones, ni los judíos, sino los pecados de la misma Iglesia, reafirmando algo que ya había aceptado plenamente a nombre de la Iglesia un mes atrás cuando estaba en camino hacia otra misión pastoral en Malta. Y es que con esa clase de “obreros”, ¿qué culto religioso necesita de enemigos? Ningún líder de ninguna organización religiosa, la que sea, se debería ver en la penosa situación de tener que ofrecer apologías por los delitos y crímenes en que hubieren incurrido algunos de sus representantes, que son a fin de cuentas traidores a los mismos principios en que se fundamenta el culto religioso que se promueve. Este es un caso especial en el que la Inquisición Española, a pesar de su bien ganada mala fama, podría haber justificado su existencia purgando a la Iglesia de Jesús de esos malos elementos.

Cubrir aquí todo lo que se ha escrito sobre Marcial Maciel sería repetir redundantemente algo que ocuparía miles y miles de páginas, razón por la cual no se reventará este espacio con algo que le llevaría al lector miles de horas de lectura. De cualquier modo, en caso de que se tenga interés en consultar más testimonios y documentos sobre el asunto, existe disponible en Internet una gran cantidad de materiales fácilmente accesible, entre los cuales vale la pena consultar el enlace Todo Maciel en Wordpress.

Entre lo más importante que se puede sacar de todo esto para impedir que haya más víctimas inocentes es la siguiente enseñanza que a otros les llega ya demasiado tarde:

Todos los padres de familia que estén considerando inscribir a sus hijos en escuelas de educación básica o universidades privadas manejadas por individuos de reconocida filiación ultraconservadora o de extrema derecha deben meditar seriamente que, al hacer tal cosa, están dejando a su propia progenie a merced de gente que lejos de ser lo mejor de lo mejor está resultando ser lo peor de lo peor, y lo que es peor aún es que estarán pagando altas sumas de dinero en inscripciones y colegiaturas a cambio de los enormes peligros y riesgos a los cuales están exponiendo a sus hijos al confiárselos a gente ingrata y criminal.

La lectura de los anteriores hechos y datos puede dejar a muchos con la falsa impresión de que todo, absolutamente todo dentro de los Legionarios de Cristo, está carcomido por la putrefacción que destilaba el fundador. Esto no es así. Hay excepciones honrosas que demuestran que no todo es putrefacción y hediondez en este tipo de organizaciones. Y como prueba fehaciente de que no todos los cristianos ni todos los católicos son seres hipócritas y corruptos que sólo llevan la religión por fuera pero no en su corazón, tenemos el siguiente ejemplo:

Santiago Oriol y la Legión
Plaza Pública
Miguel Ángel Granados Chapa
7 de noviembre del 2010

El padre Santiago Oriol anunció su renuncia a los Legionarios de Cristo. Deja también la dirección del exclusivo colegio Everest. Pero no abandonará el sacerdocio, sino que se incardinará en la diócesis de Getafe. Deja atrás una larga trayectoria en la congregación fundada por Marcial Maciel. Su marcha no será inocua. Se irán con él varios profesores del establecimiento que dirigía, equivalente al Instituto Cumbres de México, con aires aristocráticos. Ubicado a las afueras de Madrid, entre Pouzuelo de Alarcón y Majadahonda, una de las zonas más caras de los alrededores capitalinos, en sus aulas se preparan los hijos de las familias sobresalientes de España, que luego estudian en el Centro Universitario Francisco de Vitoria.

La decisión de Oriol calará hondo en la Legión de Cristo. Su gesto es una desautorización, casi expresa, inequívoca, a la lenidad del Papa Benedicto XVI que pasó de una rotunda condena a la congregación fundada por Maciel, manifestada en su célebre comunicado del primero de mayo, al conformismo que rezuma la carta de su delegado, el futuro cardenal Velasio de Paolis, que el 19 de octubre pretendió dar por concluida la misión que le encomendó el sumo pontífice. El modo de hacerlo, que supone cerrar los ojos a las complicidades de sus colaboradores inmediatos, con las que Maciel pudo desarrollar su doble o triple vida, decepcionó a quienes esperaban una intervención severa del Vaticano en la estructura de la Legión. Hubo quienes, ingenuos parecen ahora, creyeron que el comunicado del primero de mayo era apenas el comienzo de un proceso que podría llegar al desmantelamiento de la congregación. Pero son muchos los intereses dentro y en torno de la Legión como para que la condena vaticana a Maciel se extienda también a quienes heredaron su poder y su patrimonio.

La carta del delegado papal fue escrita para serenar a los nuevos jefes legionarios, por si acaso sus ánimos se habían inquietado. El director general de la organización, Álvaro Corcuera, y el vicario de la congregación, Luis Garza –cuyos apellidos denotan su pertenencia a familias mexicanas opulentas y tradicionales– no sólo no rendirán cuentas de sus ligas con Maciel, sino que son depositarios de la autoridad que permitió al fundador consolidar su imperio educativo, financiero y eclesiástico. Quienes tengan alguna queja, algún reproche, alguna duda sobre sacerdotes de la Legión, podrán exponerlas ante los jerarcas mexicanos, que al escucharlas podrán cancelarlas como hizo su maestro y testador.

Contra esa situación se rebeló Oriol, sin tener que decirlo. Tampoco tiene que asumir los efectos que su decisión puede generar en la congregación Si caben las gradaciones, puede decirse que Oriol era el legionario principal en España. Miembro de una familia aristocrática, él mismo, cuatro de sus hermanos y una hermana pertenecen a esa organización que al llegar y ser bienvenida en España fincó una de sus vertientes más poderosas.

Ignacio María Oriol y Urquijo, de familia de banqueros, fue padre de Santiago, Ignacio, Alfonso y Juan Pedro, legionarios todos ellos, así como de Malen, integrante consagrada de Regnum Christie, la organización de seglares de la Legión. Las consagradas son una suerte de monjas, pues están sujetas a votos de obediencia, pobreza y castidad. Malen Oriol ha dirigido en México el colegio Del Bosque, situado precisamente en Bosques de las Lomas, una escuela que con el Irlandés, el Cumbres y el Cedros están en la primera línea del sistema de enseñanza de los legionarios, que culmina con la Universidad Anáhuac.

El padre Juan Pedro Oriol escribe artículos en la prensa mexicana, hasta hace algunos años en cerrada defensa de Maciel. Rendido después a la evidencia de su carencia de escrúpulos, pidió perdón por esos pecados, como si los cometiera él mismo. Lo hizo, sin embargo, “unido al padre Álvaro Corchera, nuestro director general”. Bajo el título “Sí, soy legionario”, reafirmó a partir de febrero del año pasado su pertenencia a la Legión. Su hermano Santiago, en cambio, ha ido más allá.

Con su retirada, Santiago Oriol quizá trace una línea de crítica interna en la congregación. No necesariamente tendrá seguidores en su decisión de hacerse sacerdote diocesano. Puede ser que ni siquiera su familia lo acompañe en ese camino. Pero por su ubicación en la jerarquía legionaria su renuncia no puede ser inocua. Al momento mismo de anunciar su resolución a los padres de familia del Everest, el 27 de octubre, generó una inquietud que acaso repercuta en las relaciones de la Legión con sectores adinerados españoles. Además de los Oriol, que cuentan entre sus inversiones mayores las que poseen en Iberdrola, con gran presencia en México, Maciel se aproximó a la familia Botín, propietaria del Banco Santander, que patrocina un programa de aliento a la enseñaza superior pública y privada bajo el nombre de Universia.

En México la comunidad de negocios cercana a los legionarios parece no haberse inmutado ante los sucesos que afectan a la congregación. El poderoso y acaudalado Carlos Slim ha dicho de modo expreso que continuará apoyando esa causa, como si no hubiera habido la condena del primero de mayo. El patronato de Investigación y Estudios Superiores, SC se muestra en la misma línea, no expresamente solidaria con la Legión sino adherida a ella como en los tiempos en que Maciel era puesto como ejemplo para la juventud por el Papa Juan Pablo II. Y ya se sabe, inequívocamente, que estaba lejos de serlo y mintió y destrozó vidas.

En última instancia, lo que puede venir sucediendo es que la organización fundada por Marcial Maciel termine desintegrándose por sí sola al ser abandonada por la gran mayoría de quienes alguna vez creyeron en su fundador y en sus principios. Después de todo, muchos de los que ingresaban por vez primera con vocación sacerdotal a los Seminarios de la Legión de Cristo lo hicieron movidos por su fé religiosa con la intención de seguir los pasos de Jesús de Nazareth, nunca con la intención de ser colegas y cómplices de un verdadero demonio:

Hay deserción masiva en Legionarios de Cristo; reformas van lentas
Nicole Winfield
Associated Press
25 de octubre del 2011

Cuando el papa Benedicto XVI asumió el año pasado el control de la desacreditada orden religiosa de los Legionarios de Cristo, se creó la impresión de que rodarían cabezas como culminación de uno de los escándalos más grandes de la Iglesia Católica en el siglo XX.

Un año después, sin embargo, ninguno de los superiores de la Legión ha sido responsabilizado de facilitar los delitos del ya fallecido fundador, el mexicano Marcial Maciel, un drogadicto que abusó sexualmente de varios seminaristas, procreó tres hijos y creó un movimiento similar a una secta dentro de la Iglesia, que perjudicó a algunos de sus miembros espiritual y emocionalmente.

Un recuento de The Associated Press muestra que los miembros desilusionados están abandonando el movimiento en gran número, por haber perdido la fe de que el Vaticano promueva los cambios necesarios.

El desplome de la orden, otrora una de las más influyentes en la Iglesia, tiene implicaciones de peso para el catolicismo, que está perdiendo adherentes en algunos sitios debido a que la jerarquía eclesiástica encubrió abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

En una entrevista exclusiva, el hombre escogido por Benedicto XVI para reformar la Legión insistió en que el pontífice solamente le encomendó guiar la orden y ayudar a redactar nuevamente sus normas y no “decapitar” su cúpula ni vengar las irregularidades.

El cardenal Velasio De Paolis descartó toda nueva investigación de los delitos de Maciel, que como favorito del papa Juan Pablo II era considerado algo así como un santo en vida pese a las denuncias –más tarde confirmadas– de que era pederasta.

“No sé de qué serviría” seguir investigando un encubrimiento, dijo el cardenal italiano. “Correríamos el riesgo de sumergirnos en una intriga sin fin. Porque estas son cosas demasiado privadas para que yo las investigue”, aseguró.

La Santa Sede estaba enterada de las acusaciones de pederastia, pero durante años desoyó a sus víctimas _como también las quejas sobre sus características de secta_ debido a que atraía a hombres y dinero al sacerdocio.

El legado mismo de Juan Pablo II se vio empañado por su estrecha asociación con Maciel; el legado de Benedicto XVI, ya desdibujado por el escándalo de abusos sexuales, podría depender en parte del modo en que enderece los despropósitos de Maciel.

Los críticos, entre ellos algunos dignatarios del Vaticano, sostienen que De Paolis tiene la obligación de descubrir la verdad y tomar una acción más radical, dado que el mismo Vaticano descubrió que Maciel creó una orden tergiversada y abusiva para favorecer su doble vida.

El Vaticano también decidió que para que la Legión sobreviva debe “purificarse” de la influencia de Maciel, que murió en 2008, puesto que su misma estructura y cultura se han visto muy contaminadas por su obsesión con la obediencia y el secreto.

A los miembros les prohibían criticar a sus superiores, los aislaban de sus familias y les decían cómo hacer todo, desde rezar hasta comer.

En ausencia de cambios radicales, el movimiento ha experimentado una notable declinación en el número de sus miembros desde que se reveló el escándalo en 2009.

Unos 70 de los 890 sacerdotes de la Legión y más de un tercio de las 900 mujeres consagradas se han ido o se han alejado temporalmente para ponderar su futuro. Los seminaristas han huido en masa: 232 el año pasado solamente, una deserción inusual del 16% para un solo año. Se cree que los nuevos reclutas serán menos de cien este año, la mitad del promedio anterior al escándalo.

The Associated Press recopiló las cifras con base en entrevista con más de una decena de miembros y ex integrantes.

La nota anterior apareció un día antes de que el cardenal Velasio De Paolis, delegado del papa Benedicto XVI para la reforma de los Legionarios de Cristo, reveló que víctimas del fundador de esa congregación, Marciel Maciel, recibieron un pago económico como reparación del daño por los abusos sexuales a los que fueron sometidos por el cura mexicano. Sin ofrecer nombres ni cantidades exactas, De Paolis señaló que luego de alcanzar un acuerdo, a “cuatro o cinco personas” afectadas se les abonaron cifras de entre 21 mil y 28 mil dólares, cantidades ofrecidas por los Legionarios para compensarle a las víctimas el haberles destruído su vida y el haberles destruído su fé. Esto al mismo tiempo que, aún pese a los escándalos, los negocios educativos de los Legendarios tales como la Universidad Anáhuac, el Instituto Cumbres de la Ciudad de México y todos los demás colegios de la Legión seguían siendo una pingüe fuente de ingresos para lo que quedaba de la deshonrada Legión.